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Viales locales: una solución en el abandonoEl Plan General de Ordenación Urbana de Las Palmas de Gran Canaria contempla más de 2000 viales locales, una solución a la comunicación de las vías internas de la ciudad que en la mayoría de los casos se encuentra en mal estado o todavía en vías de desarrollo. La ciudad podría crecer desde los asuntos mínimos, mejorando la interrelación vecinal dentro de los pequeños grupos urbanos, pero la realidad es que estas vías en su mayor parte siguen en un estado subdesarrollado.
Sirva de ejemplo una rematada hace muchos años. Hablamos del Vial 1020, en el corazón del barrio capitalino de Zárate. Bajo la calle Francisco Inglott Artiles y en la conexión con la calle de Juan Sánchez de la Coba. Esa calle peatonal está en teoría culminada aunque en apariencia no lo parezca. La peotanalización de la calle consiste en una simple capa de asfalto coronada con una valla verde. Sin más ornamentos y con la piel rugosa.
A lo largo del trayecto de unos 100 metros el suelo muestra sus irregularidades y agujeros. También, todo hay que decirlo, muestras de incivismo. Anclada a la valla quedan los restos de una moto a la que se ha ido desguazando lentamente. Y excrementos de perros, muchos excrementos de perros, afean el paisaje.
La falta de mantenimiento de esta conexión interior del barrio, que desemboca o inicia en un parque infantil, no es la excepción. Es una constante a lo largo de la mayoría de viales locales y sin otro nombre que una numeración que se propagan por muchos de los barrios de la ciudad.
El Cono Sur es una de las zonas donde más se pueden observar estas situaciones. Llaman poderosamente la atención las infraestructuras, o más bien la ausencia de ellas, en los accesos a las viviendas que se encuentran en la trasera del campo de fútbol de Pedro Hidalgo. Aquellos caminos, copados por vehículos aparcados antes de llegar a las casas terreras, están todavía sin asfaltar. Coches de caras monturas se acuestan cada noche en aparcamientos de tierra y con piedras y hierbas silvestres como único paisaje a cada lado del camino.
También se puede citar el caso del vial local 1023, este situado en la Urbanización Las Filipinas del barrio de Casablanca I. Ese camino, también hecho, se encuentra sitiado por laderas cubiertas de basura y sin mantenimiento ninguno por parte de los servicios municipales de la ciudad. Zonas que cuidadas con un mínimo mimo podrían mejorar la calidad de vida de los habitantes de los barrios capitalinos.
Los vecinos han requerido en muchas ocasiones que esos viales sean culminados. Sucede, por ejemplo, en el Risco de San Nicolás. Los vecinos saben que la construcción y adecentamiento de esos caminos serían de capital importancia para la vida del barrio cuando quede culminado el anillo viario que se proyecta sobre el barrio.
Todo esto podría haber funcionado a través de la alternativa barrios Pendientes, supuestamente una de las medidas principales de la concejalía de Urbanismo que durante los ocho años de las legislaturas precedentes dirigió Javier Doreste. Pero eso nunca se concretó.
Durante el pasado mes de octubre el pleno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria tumbó desde los tres partidos de gobierno (PSOE-Nueva Canarias y Podemos) una moción presentada por Gustavo Sánchez, concejal del Partido Popular en la oposición.
La medida propuesta por Sánchez se enfocaba en crear mesas de trabajo en la que se eligieran una serie de viales locales cada año y que se les dotara verdaderamente de presupuesto para acometer las obras y mejoras que cada uno de ellos necesitara, con la intención de ir adecuando su situación y que se fueran adaptando a la realidad para la que estaban concebidos y que parece haber quedado en el olvido.
La negativa a esta moción parece seguir ralentizando los trabajos en estos viales, que nunca entraran por su propia fisionomía en los proyectos de gran magnitud que se suelen discutir sobre el urbanismo en la ciudad.
En un documento elaborado por Sánchez para arropar su moción, indicaba que la «integración de los barrios con el resto de la ciudad es una premisa fundamental en toda estrategia de regeneración urbana, debiendo el planteamiento atender a una mejor relación» con distintos espacios simbólicos y centrales dentro de la planificación de la ciudad actual.
La mejora en los viales locales iría aparejada de obras de accesibilidad, que evitarían imágenes que se ven actualmente en las que, por ejemplo, ciudadanos en sillas de ruedas tienen muy complicado circular por sus calles más próximas. O facilitarían determinados itinerarios de transporte público, como en la circulación de los vehículos de Guaguas Municipales sin la necesidad de dar vueltas más largas y paradas lejanas en determinadas zonas. Atender, en definitiva, la vida de la mayoría.
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Cristina Cándido y Álex Sánchez
Lucía Palacios | Madrid
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