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EFE
Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 31 de marzo 2022, 07:38
La fiscal solicitó ayer miércoles una condena de 15 años de prisión para un acusado de violar en diciembre de 2003 a una turista menor de 16 años en los alrededores de un discopub en Maspalomas, en Gran Canaria, donde fue hallada en estado de «shock», según relató un Policía Nacional.
En el juicio, la víctima, que declaró por videoconferencia desde Noruega, afirmó que la noche del 20 al 21 de diciembre de aquel año fue forzada por el acusado a salir de la pista de baile y que la llevó a un pasillo, donde la violó, un hecho que negó el acusado, que entonces tenía 21 años.
El procesado, Abdelkader B., admitió que bailó con la denunciante, que pensaba que era de su edad, y que se besaron, así como que fue conducida por ella hasta el baño del discopub, donde comenzó a tocarse sus partes íntimas la joven y las de él.
El acusado añadió que la joven empezó a sangrar y se mareó, por lo que pensó que tenía la menstruación o se había hecho daño.
Abdelkader B. dijo que cuando recuperó el conocimiento no quiso hablar con él, una actitud que atribuyó a que se sentía avergonzada, por lo que se marchó y la dejó en el baño.
El abogado de la defensa, Vicente Flores, reclamó la absolución de su cliente al entender que «no ha cometido delito alguno», siempre ha mantenido su misma versión frente a la denunciante y fue detenido en las inmediaciones del discopub donde estuvieron bailando, además de entender que no existen pruebas ni testigos.
La fiscal consideró que con la prueba practicada ha quedado «plenamente desvirtuada» la presunción de inocencia del acusado, que los hechos son «claros» y que la versión del procesado es «inverosímil».
Su relato, según la fiscal, falla porque sitúa los hechos en el baño del local, cuando la menor fue hallada en un pasillo de los bajos del centro comercial Plaza, al que solo accedían los trabajadores y sin «fisuras» ella mantiene lo mismo que contó hace 18 años y medio.
Así mismo, rebatió que la relación que mantuvieron fuera consentida, pues nada más iniciar el juicio la víctima rompió a llorar, lo que prueba la «huella emocional» que aún persiste de la agresión sexual que sufrió cuando tenía 16 años, tras ser forzada por el acusado.
Según la médico que exploró a la entonces menor, ésta presentaba dos desgarros en la vagina que fueron hechos con un objeto duro que pudo ser un pene erecto, aunque no se halló restos de semen en su interior, conforme a lo que indicaron los otros dos peritos que declararon y que se ratificaron también en su informe. Estos dos peritos, José Pestano y Eva Betancor, explicaron que en esos años la técnica era otra, pues en la actualidad se puede detectar el ADN sin necesidad de que existan restos de semen. Pestano y Betancor también indicaron que en la ropa del acusado se hallaron restos de sangre y de vómito de la chica.
Según el abogado de la defensa, la causa se ha dilatado debido a que ha sido una instrucción complicada por residir la denunciante en Noruega y porque hubo un momento en que se archivó, aunque posteriormente se reabrió y se logró hace tres meses la detención en Mallorca del acusado, que estaba en busca y captura.
El juicio celebrado por la Sección Sexta de la Audiencia ha quedado visto para sentencia.
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