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Manifestación para exigir limpieza en el barrio de Triana. Cober
El relato de una ciudad indignada

Las Palmas de Gran Canaria

El relato de una ciudad indignada

Las calles de la capital son el escenario de una sucesión de protestas vecinales que exigen limpieza y otras acciones en sus barrios

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 19 de octubre 2024, 23:27

Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad indignada en la que los conflictos vecinales se propagan por los barrios que conforman sus 100 kilómetros cuadrados de extensión. El próximo viernes la plaza de Santa Ana, sede del pleno municipal, será el escenario de una concentración del Pacto Vecinal y otros colectivos en la que mostrarán su descontento con la gestión del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Hay un tema central en las protestas de la ciudadanía: la limpieza. La suciedad en las calles es motivo constante de conversación y ha motivado concentraciones populares en distintos barrios, desde Triana hasta Almatriche. El conflicto abierto hace años entre el Ayuntamiento y los trabajadores del servicio es un elemento simbólico de los problemas que el gobierno de la ciudad quiere aplacar con acciones conjuntas con otras áreas de su estructura que no han cristalizado en el ideario ciudadano.

Lo del viernes en Santa Ana se anuncia como 'La revolución de los cepillos'. El operativo de la protesta emulará al que ya se ha destacado en Triana, Almatriche o El Polvorín, donde colectivos vecinales y comerciales se han personado a pie de calle con útiles de limpieza doméstica con los que pretenden una foto que ilustre bien su desencanto.

Al gobierno de Carolina Darias se le escalan las protestas. Días atrás, seis plantas por debajo de su despacho en las Oficinas Municipales de León y Castillo, se originó un peculiar manifestódromo en el que confluyeron varias demandas vecinales con vecinos de La Isleta pidiendo el regreso de la doble vía a la calle del Doctor José Guerra y la familia del Real Sporting de San José, club fundado en 1913, que se siente expulsada de su casa de toda la vida en el Chano Cruz.

Aquel momento casual puso a distintas formaciones vecinales en la línea de la unidad. De hacer más ruido de manera colectiva para amplificar más su mensaje de descontento.

La ciudad se ha ido activando durante el último año y medio, fundamentando sus movilizaciones en distintos factores. El primer barrio en pisar las calles durante el actual mandato de Carolina Darias fue Guanarteme. En esa esquina del distrito, donde se desarrolla una insaciable expansión inmobiliaria, se han producido varias manifestaciones para tratar de ponerle coto al desarrollismo acelerado de estos días.

Esa potesta, cosida a la variante general que apadrina el eslogan 'Canarias tiene un límite', también redunda en la falta de servicios que tiene un barrio al borde de la capacidad productiva, por ejemplo, de sus redes de saneamiento.

Una avalancha en La Isleta

Como en los viejos tiempos, la contestación sale de su hibernación en el corazón portuario de la ciudad. Las asociaciones isleteras tienen un racimo de demandas, ante las que se sienten ignoradas, que van desde la recuperación del uso social para el acuartelamiento del Canarias 50 hasta la última pelea escenificada, la que esta semana han empezado a librar contra la instalación de una planta de gas en el Puerto de La Luz.

Canalizadas sus acciones por el Foro por La Isleta, estas revueltas han sido visibles en las calles de la ciudad. Sin ir más lejos, la petición de una regulación del tráfico en la calle José Guerra, junto al Castillo de La Luz, que les devuelve el acceso en doble sentido al entorno del centro de salud y el de mayores.

Tras la senda de La Isleta siguen otros barrios. Los portuarios han sabido perseverar en una concentración que se revive cada jueves sin que los vecinos caigan en el desaliento.Esa organización semanal de la acción colectiva se repite en otros lugares de Las Palmas de GranCanaria como Triana, espacio urbano en el que cada jueves se repite la concentración con los cepillos que denuncia la suciedad de la gran vía comercial de la capital.

El pleno del viernes 25 mostrará las fuerzas de estas protestas y la capacidad de convocatoria de una ciudadanía que debe acreditar que sus protestas no son solo un eco cómodo.

La Isleta

En el barrio portuario se acumulan las protestas: la recuperación del Canarias 50, la doble vía en José Guerra, la planta de gas o el taller de megayates son algunas.

Guanarteme

Los primeros en movilizarse. En el viejo barrio de las factorías la indignación se centra en la vivienda, cansados de la especulación transformadora que viven.

San Cristóbal

El Barrio Marinero pide respuestas a la última crecida del mar en el barrio, que desbordó las medidas de seguridad y arrasó a su paso muchas viviendas.

San Nicolás

El Risco pide medidas, como la reapertura de la calle de Reina Mercedes, que les ha aislado en el tránsito e Guaguas. También exigen que se cuide el patrimonio.

El Polvorín

Esta misma semana los vecinos han salido a las calles para protestar por la falta de cuidados, en limpieza y servicios, que han sufrido históricamente.

Triana

La revolución de los cepillos tiene parada en el corazón burgués de la capital. Donde vecinos y comerciantes exigían más limpieza y seguridad al Ayuntamiento.

Tamaraceite

Los vecinos lamentan que el casco histórico, el de la carretera vieja, se venga abajo mientras la zona vive una expansión urbanística desmesurada.

Almatriche

Los vecinos del barrio de medianías salieron a las calles con cepillos para exigir más limpieza en sus calles. Pendiente queda la lucha por las aceras.

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