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El profesor les hablaba de «orgías» y les pedía que le buscaran prostitutas
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Juzgan a un maestro del CEIP El Calero por abusar y acosar sexualmente y coaccionar a ocho alumnos. Se enfrenta a 12 años y un mes de cárcelEl Juzgado de lo Penal número 3 de Las Palmas de Gran Canaria celebró este viernes el juicio contra José Luis B. N., exprofesor del CEIP El Calero, acusado de haber abusado y acosado sexualmente y coaccionado a un total de ocho alumnos en unos hechos ocurridos entre los meses de marzo y mayo de 2021. La Fiscalía solicita para él unas penas de 12 años y un mes de prisión, 35 de inhabilitación para ejercer la docencia, 28.800 euros de multa y 16.000 euros de indemnización para los ocho alumnos perjudicados. Mientras, la defensa pide su libre absolución.
El juicio, presidido por el magistrado Juan Gallego Ortiz, estuvo marcado por los relatos ofrecidos por los alumnos, quienes describieron situaciones de contenido sexual dentro del aula del instituto teldense. «Nos decía que si tuviera nuestra edad, cambiaría su sueldo por las mujeres que pasaban por el pasillo», relató un alumno, mientras que otro afirmó que el maestro le mostró fotos de una prostituta en su teléfono y le comentó que le había pagado «un medio de cocaína» por sus servicios.
Uno de los testimonios más rotundos fue el de un alumno que aseguró que el profesor le pedía a una compañera que le consiguiera una amiga para practicar sexo con la amenaza de que si no lo hacía, la suspendería. «Nos preguntaba si estaríamos con alguien mayor que nosotras», declaró una estudiante, quien también contó que en clase, al acercarse a resolver dudas, el profesor llegó a rozarla con sus genitales en varias ocasiones. Otro perjudicado afirmó que el acusado les decía que «las flaquitas se mueven bien en la cama» y que les hablaba sobre la posibilidad de participar en orgías. «Un día en el aula nos dijo que debíamos probar la felación de un hombre», declaró otro alumno.
Múltiples testigos coincidieron en que el acusado aprovechaba su posición para acercarse físicamente a los alumnos de manera inapropiada. «Me rozó sus partes íntimas por mi hombro mientras estaba en el aula de los ordenadores», declaró una de las víctimas, quien agregó que se sintió incómoda y que tras comentarlo con otras compañeras, descubrió que a ellas también les había sucedido lo mismo.
Otra alumna aseguró que el profesor le mostró fotos de mujeres con las que había mantenido relaciones sexuales y le propuso participar en un trío con una profesora sustituta de inglés. «Me lo dijo en serio y me hizo sentir entre la espada y la pared», afirmó.
Algunos estudiantes coincidieron en que el profesor usó su posición jerárquica para intimidarlos. «Nos dijo que si lo comentábamos, nos iba a poner un examen que nadie iba a recuperar», afirmó una de las denunciantes.
La jefa de estudios del centro, quien también declaró en el juicio, aseguró que cuando un grupo de alumnos acudió a ella para denunciar lo sucedido, comprobó que todos coincidían en sus relatos. «Los entrevisté por separado y no hubo contradicciones», aseguró.
El abogado del acusado, José Gerardo Ruiz Pasquau, cuestionó la credibilidad de los testimonios y la validez de las pruebas. «No se ha realizado un volcado del teléfono móvil del acusado ni se han cotejado los WhatsApps», argumentó, sugiriendo que las capturas de pantalla presentadas por los denunciantes podrían haber sido manipuladas. También alegó que algunos testigos negaron haber sido acosados y que se trataba de «un complot» para perjudicar al docente.
En su declaración, José Luis Benítez de la Nuez negó todos los hechos y aseguró que los alumnos «se confabularon» para dañar su reputación. «Me equivoqué en permitir demasiada confianza, pero nunca exhibí fotos ni toqué a nadie de manera inapropiada», manifestó. Dijo que su situación laboral ya era complicada antes de las denuncias y que hubo problemas internos en el centro que podrían haber motivado los testimonios en su contra. «Tenía a mis padres enfermos y aprovechaba el tiempo en el instituto para estudiar las oposiciones, lo que generó tensiones con algunos compañeros. Me hicieron el vacío», declaró.
Además, sostuvo que hubo irregularidades en la forma en que se manejaron las denuncias. «No se permitió que se hiciera un volcado de mi móvil. Siento que he estado en una situación de indefensión total», concluyó.
El fiscal César Casorrán rechazó la hipótesis de la defensa y enfatizó que «no se trataba de comentarios aislados, sino de un sometimiento del alumnado en un contexto sexualizado e intimidatorio». Destacó la coherencia de los testimonios y la reiteración de los hechos denunciados. «No tiene sentido pensar que tantos jóvenes se pusieran de acuerdo para inventar algo así», señaló.
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