Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en la noche del martes al hombre que hirió al conductor de una guagua en El Secadero después de lanzarle una piedra de medianas dimensiones a través de la ventana.
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Según fuentes cercanas al cuerpo policial, la detención se produjo en el barrio del Batán, horas después de los hechos gracias a los testimonios de testigos y las grabaciones que se hicieron del ataque.
La agresión se produjo porque el chófer había recriminado al hombre que se hubiera bajado la mascarilla cuando accedió a la guagua. Tras habérsela puesto de nuevo, el individuo se bajó y, en compañía de otra persona, que supuestamente es un familiar, siguió a la guagua hasta su parada final a bordo de una moto. Allí, con el transporte público parado, primero golpeó el cristal de la guagua con una barra y luego le lanzó una piedra, que atravesó la ventana e hirió al conductor. El trabajador de Guaguas Municipales tuvo que recibir tres puntos de sutura en la cabeza.
El concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, José Eduardo Ramírez, condenó estos hechos y adelantó que Guaguas Municipales va a denunciarlos para reclamar el coste de la reparación -que está cifrado en alrededor de 2.600 euros- y para que la condena del agresor sirva como ejemplo de que este tipo de agresiones no resultan gratuitas y tienen consecuencias. «Le va a salir caro desde el punto de vista económico y desde una perspectiva penal», apuntó, «va a recaerle el máximo peso de la ley porque esto no es una broma ni una gamberrada».
El edil no quiso adelantar el tipo penal de aplicación en este caso pero aseguró que sí puede entenderse que hay un agravante de premeditación porque el agresor preparó el ataque, al disponer de una moto con la que seguir a la guagua y luego escapar del lugar de los hechos.
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Ramírez destacó que, pese a las miles de personas que son trasladadas cada semana por Guaguas Municipales, no se ha registrado mayores problemas con la obligación de portar mascarilla dentro de la flota del transporte público capitalino.
Es más, indicó que en lo que va de año solo se han producido ocho actos vandálicos contra los vehículos de Guaguas Municipales. Esto supone un descenso respecto al número de incidentes registrados en 2020, que fue de medio centenar;y mucho más si la comparación se hace con años anteriores, en los que los ataques superaban el centenar.
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El Ayuntamiento mantiene todavía operativo el dispositivo de seguridad que se puso en marcha a fines del año pasado, con policías de paisano en algunas líneas. Y también considera que ha resultado efectiva la campaña de concienciación con la que se informaba de las penas que podían suponer los ataques a las guaguas: desde cárcel hasta multas que pueden llegar a los 600.000 euros, dependiendo de la gravedad de los actos.
El concejal de Movilidad hizo estas declaraciones en el acto de presentación de las nuevas diez guaguas de doce metros que operan con tecnología híbrida.
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La adquisición de estos vehículos ha supuesto una inversión de 3,3 millones de euros. Con ellos se afianza la tendencia al rejuvenecimiento de la flota, que se ha quedado en 8,5 años, pero también se apuesta por la reducción de un 20% de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera respecto a un vehículo de propulsión diésel.
Las nuevas guaguas vienen equipadas con sistema de seguridad anti-covid, como las mamparas de protección del conductor o los sistema s de renovación reforzada de la ventilación a bordo. Su capacidad es de 91 viajeros.
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Los trabajadores de Guaguas Municipales han vuelto a denunciar la proliferación de baches en el interior del intercambiador de Santa Catalina. El mal estado del firme no solo genera temblores en las guaguas cuando circulan por la estación, sino que obliga a los conductores a maniobrar, en la medida de lo posible, para evitar los baches.
El intercambiador de Santa Catalina es una de las paradas más importantes de la red de Guaguas Municipales, no en vano la utilizan a diario más de 3.500 personas. Además, en ella operan ocho líneas de la compañía Guaguas y otras nueve de Global. Esta última realiza desde aquí algo más de 220 expediciones.
El concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, José Eduardo Ramírez, explicó ayer que el Cabildo insular se ha planteado ya la reparación de los baches que hay en el intercambiador de Santa Catalina, después de que en diciembre ya se ejecutara una actuación similar en la estación de San Telmo.
«En unas semanas o meses ya se iniciará la obra», expuso el concejal de Movilidad a preguntas de los periodistas.
En los últimos años, el Cabildo de Gran Canaria ha acometido varias obras para tapar los baches pero con el paso del tiempo siguen reapareciendo.
En agosto de 2017 se actuó por la vía de urgencia inyectando un hormigón especial porque el deterioro estaba tan avanzado que había salido a la superficie el mallado que sustenta la carretera. Sin embargo, nueve meses después, los baches volvieron a resurgir.
En estos momentos, el deterioro está muy avanzado, en especial en la rampa de salida.
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