El informe de tráfico que analiza los efectos de la implantación de la MetroGuagua en el istmo, a través de la calle Eduardo Benot, concluye que de las 18 intersecciones que están en el recorrido de la guagua exprés por la zona Puerto, el tráfico mejorará en cuatro y empeorará en dos.
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En cambio, el nuevo sistema de transporte público de alta capacidad y rápido apenas tendrá incidencia en otros ocho cruces.
El informe realiza un análisis de la demora, un factor que pone en relación el tiempo que tarda cada vehículo en completar un cruce. Se trata de un coeficiente que se utiliza para determinar el nivel de servicio de una vía.
En concreto, las confluencias que saldrían beneficiadas serían las de Alfredo L. Jones con Albareda, que pasa de una demora de casi 16 segundos por vehículo a 8,8 (-43%); la de Luis Morote con Eduardo Benot, que pasaría de 11,3 segundos por vehículo a 9,2 (-19%) ; la que forman las calles Gran Canaria y Eduardo Benot, que pasaría de los 20,2 segundos actuales a solo 9,2 (-54%); y la rotonda de Belén María, que iría de los 10,5 segundos por vehículo a los 8,7 (17%).
Los técnicos que redactan el informe aseguran que el escenario escogido -se analizan cuatro alternativas- «incluye una ligera optimización semafórica que ayuda a fluir el tráfico». Y eso pese a que se reduce la oferta viaria, al reservar Eduardo Benot para la MetroGuagua y dejar tramos de calles como Gomera, López Socas o Salvador Cuyás como vías de servicio para los vecinos que acceden a sus aparcamientos.
56% más. Se trata del aumento de vehículos respecto a la situación actual que tomarán la GC-1 como vía de salida de La Isleta una vez que se reserve en exclusiva el paso de la MetroGuagua por la calle Eduardo Benot. En sentido contrario, el tráfico crecerá un 10%.
En este sentido, el incremento de la presión automovilística prevista en Albareda (+3%) podría quedar compensada por el hecho de que por esta calle ya no pasará el transporte público colectivo. El concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, explicó que se está estudiando dejar el carril guagua de Albareda para que sea utilizado por el taxi.
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En el estudio no hay referencias al hecho de que se prevea un aumento del tráfico en la avenida marítima y, al mismo tiempo, una mejora de la fluidez de la rotonda de Belén María.
En cuanto a los cruces que van a empeorar para el tráfico privado se citan el de León y Castillo con El Marino, que pasa de 4,2 segundos por vehículo en estos momentos a 11,8 (+181%); y el de Nicolás Estévanez con Simón Bolívar, que registrará un aumento desde los 5,2 segundos por vehículo de la actualidad a 32,1 (+517%).
En cambio, apenas habrá variación en los cruces de Alfredo L. Jones con Sagasta; en la rotonda del centro comercial El Muelle; en el de Albareda con Juan Rejón; Pérez Muñoz y Juan Rejón; José Guerra Navarro y Juan Rejón; Atindana y Juan Rejón; León y Castillo con Juan Manuel Durán; así como León y Castillo con Montevideo.
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El informe concluye que el cambio que producirá la introducción de la MetroGuagua por Eduardo Benot no creará «conflicto alguno». Así, prosigue el escrito, «en lo que respecta a las densidades de tráfico, la zona del istmo presenta niveles aceptables de circulación».
De hecho, se concede la categoría de nivel A de servicio para la gran mayoría de los cruces. Se entiende que esta calificación «describe una circulación en flujo libre».
En cambio, se reservan el nivel de servicio B para Pérez Muñoz con Juan Rejón y para León y Castillo con El Marino. En estas intersecciones se produce «una circulación razonablemente libre, manteniéndose la velocidad límite en la vía».
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Y solo se alcanza el nivel C para el cruce que conforman Nicolás Estévanez y Simón Bolívar. Aquí el panorama es de una circulación «con velocidades próximas a la velocidad límite». Además, se producción una restricción evidente de la libertad de maniobra del conductor.
Ninguno de los cruces obtiene las calificaciones superiores, que acaban en la letra F, donde la circulación es inestable ante la evidente saturación de la carretera con colas de vehículos.
El análisis de la intensidad de tráfico en el istmo parte de cuatro escenarios diferentes: en el primero solo activa la MetroGuagua; en el segundo, la guagua exprés se ve acompañada por un carril bici que iba por Juan Rejón, Albareda, Tenerife, Eduardo Benot y Simón Bolívar; en el tercero, la implantación de la MetroGuagua se veía acompañada por la prohibición de circulación a los vehículos privados por la calle Gran Canaria; y en el último, la MetroGuagua venía de la mano de un carril bici en Juan Rejón hasta su intersección con la calle Mahón y su continuación por Poeta Agustín Millares Sall y Eduardo Benot.
De las cuatro propuestas, al final se escogió la cuarta porque mostraba un escenario «más favorable».
La primera alternativa empeoraba la circulación en nueve de los catorce cruces. De ellos, dejaba casi al borde del colapso las intersecciones de Alfredo L. Jones con Albareda y Simón Bolívar con Nicolás Estévanez.
El segundo escenario dejaba en peor situación que la actual a la mitad de todas las confluencias estudiadas. En este caso, condenaba a colas importantes a los cruces más afectados en la primera alternativa, que empeoraban su situación aún más.
En cuanto a la tercera de las protestas, el tráfico se volvería más denso en ocho de los catorce cruces estudiados.
La cuarta fue la elegida porque «permite ofrecer el sistema nuevo de la MetroGuagua sin que ésta provoque empeoramientos inasumibles en los niveles de servicio».
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