R.D.G.
Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 30 de noviembre 2021, 00:00
Dulcería Parrilla ha anunciado en un comunicado en sus redes sociales que se ha visto obligada a cerrar por la denuncia de unos vecinos de la zona, en la calle General Bravo, en pleno barrio de Triana. Una situación que ha generado sorpresa entre la clientela de uno de los establecimientos clásicos de la capital grancanaria, ya que cuenta con 115 años de historia.
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La dirección de la empresa afirma en ese comunicado que «no se trata solo de unas instalaciones y una empresa, sino de 10 familias que viven de esto y cuyo sustento ha quedado comprometido» y reprocha al Ayuntamiento capitalino «falta de empatía» ante su situación.
La empresa explica en ese texto que «todo empezó con la denuncia de unos vecinos, con nombre y apellidos, los cuales ni siquiera habitan en esas viviendas. Lo más triste de todo, aparte de la tiranía de estas personas, ha sido la respuesta del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La Policía municipal irrumpió en nuestro local tal día como el martes 16 de noviembre de 2021 a las 10.20 de la mañana, obligándonos al cierre de nuestro obrador e instalaciones que tantas historias tiene que contar».
Además, se señala que «con lo que más defraudados estamos y que no salimos de nuestro asombro ni tristeza, es con la falta de empatía del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La denuncia de los vecinos llegó hace poco más de un año. Inmediatamente se siguió un proceso legal, y aún estando los papeles en trámites entre el juzgado y el Ayuntamiento, nuestros políticos o el responsable que lleva estos asuntos, no tuvo ningún reparo en dar la orden de clausura».
Concluye el comunicado exponiendo que desde el 16 de noviembre «toda la familia que compone Dulcería Parrilla está trabajando para tratar de solventar este incidente y poder seguir trabajando para ustedes otros 115 años más, y así seguir siendo testigos de muchas de sus historias».
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De hecho, desde la empresa se confirmó este lunes a este periódico que pronto habría noticias positivas respecto a las circunstancias que ahora atraviesa.
Por su parte, fuentes autorizadas del Consistorio capitalino aseguraron este lunes que el negocio de General Bravo «no disponía de licencia para la actividad que estaba desarrollando». Algo que, añadieron, «se comprobó» al personarse en el lugar el servicio pertinente, «previa denuncia».
Las mismas fuentes explicaron que «se requirió» al negocio que «regularizara la situación» y que se le dio trámite de audiencia «para resolver el expediente». Pero que la empresa «no presentó nada».
Ante este hecho, señalaron desde el Consistorio, «solo queda cerrar la actividad».
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