Las Palmas de Gran Canaria

El pacto defiende su «camino de progreso» pese a ser una admnistración mal «dimensionada»

En el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se sienten como en la aldea de Astérix, un núcleo perimetrado ante la agresión política del exterior. Eso es lo que se deduce del discurso que la alcaldesa Carolina Darias ofició este lunes ante los medios de comunicación en el Castillo de Mata, fortaleza antigua de una ciudad sitiada por los ataques externos.

Darias habló de las políticas «progresistas» que asegura que se están realizando desde el gobierno municipal en el que su partido –PSOE– hace piña con los nacionalistas de izquierda de Nueva Canarias y casi la única célula de Podemos que sigue activa en un archipiélago que en su día se manchó de morado. Estas políticas, según Darias, marcan el camino que hace de Las Palmas de Gran Canaria una ciudad diferente en la que se trata de «hacer mejor la vida de las personas que la habitan».

No hubo disensos en el resto de miembros que integran el tripartito municipal, los mismos que lo han venido haciendo con los socialistas desde el primer mandato de Augusto Hidalgo en 2015 aunque ahora menos representados que en las dos etapas anteriores.

Fue breve la intervención de Gemma Martínez Soliño de Unidas Sí Podemos, primera en tomar la palabra en el brindis, que hizo alusión a esas políticas de progreso y afirmó que el pacto se mueve sobre tierra y firme y sin grietas.

Algo menos breve fue Pedro Quevedo que volvió a referirse a los problemas de personal del Ayuntamiento para explicar algunos de los contratiempos principales con los que se está enfrentando la ciudad en estos momentos. «Tenemos una visión correcta de la ciudad pero las administraciones nos seguimos enfrentando al problema de que estamos mal dimensionadas», señaló.

Darias remató, como jefa de gobierno, lo que tenía que decir el trío de oradores, representantes de un modelo de ciudad que se perpetúa ya por nueve años. «Estamos marcando el camino. Un camino importante y diferente al que se realiza en otras administraciones porque este es un camino de progreso», manifestó la alcaldesa.

Y es que Las Palmas de GranCanaria, o sus gobernantes, siguen presumiendo de haber sido una de las pocas ciudades con gobiernos de izquierda que no se derrumbó en el tablero de las elecciones locales y autonómicas de 2023. El pacto se mantuvo en pie y eso es para Pedro Quevedo una buena noticia porque a su juicio, simplemente, «no son buenos tiempos».

El brindis era solo eso: un brindis. Un encuentro con los medios de comunicación en el que romper la agenda por las fechas navideñas. No hubo preguntas ni se pasó revista a cuestiones que están en la conversación pública y que afectan a la ciudad, como la siempre viva discusión sobre el estado de higiene en la capital por sus problemas de limpieza, la plaga de ratas que toma sus principales arterias comerciales o los emplazamientos definitivos de la celebración del próximo carnaval, que como canta la tonada tradicional ya asoman por la punta de La Isleta.

A diferencia de lo que sucedía cuando el pacto estaba formado por Hidalgo, Doreste y Quevedo, único que se mantiene de los tres, no hubo alusiones a la fortaleza del pacto más allá de la breve referencia de Martínez Soliño. Ni poemas como los que recitaba el antiguo edil de Urbanismo.

Aunque Quevedo sigue echando de menos la presencia de más personal en la vida administrativa de las Oficinas Municipales, Darias sí que quiso felicitar a los empleados públicos por el trabajo realizado durante este 2024 que encara su recta final y que han sido, según señala, los responsables de ejecutar «una acción política potente».

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