Secciones
Servicios
Destacamos
En Santander se desbordó una parte notable de las fecundas manos de Pérez Galdós. Pero quizás el escritor grancanario nunca supo que otras manos, también cántabras, eran las que modelaban los bizcochos lustrados que rellenaban la despensa familiar de su casa de Madrid. Eran las de María Villegas, la mujer que horneaba los dulces lustrados de Tamaraceite. Ahora las elaboraciones que aromaban la vieja carretera del norte vuelven al presente gracias a un corto que fue presentado este miércoles y que traza la vida de la repostera con el título 'Villegas y Galdós'.
La iniciativa parte de la asociación juvenil Bentejuí, del barrio de Piletas. Su presidente, Yeray Castellano, explica que «con este cortometraje, se pretende plasmar la vida de la mujer que manufacturaba los bizcochos que conforman uno de los símbolos de identidad de Tamaraceite, que atesoran valores como el esfuerzo, el trabajo, la superación, la lucha, la vecindad y la solidaridad».
En el I Congreso Internacional de Estudios Galdosianos, el nieto de la hermana del literato, Ambrosio Hurtado de Mendoza, daba a conocer el artículo 'Don Benito Pérez Galdós jamás olvidó su tierra natal', en el que se cita el gusto por estos dulces. «De Las Palmas le enviaban todos aquellos productos de la cocina canaria que entonces podían desplazarse a Madrid, con los medios de transporte utilizables, sin llegar hechos una porquería, dentro de cajas de galletas herméticamente soldadas. En la despensa de la casa de don Benito no faltaban nunca las rapaduras isleñas en sus variedades de huevo, azúcar, café o achocolatadas; el gofio de millo, los bizcochos lustrados de Tamaraceite (...)«.
La cocina de la que salían estos bizcochos rumbo a la capital de España era la de María Villegas, una santanderina que emigró a Argentina de niña. Allí, conoció al que sería su marido, José Santana Afonso, un vecino de Tamaraceite con el que finalmente se instala en Gran Canaria, donde tiene cuatro hijos.
Al morir su esposo, en 1915, ella asume la tienda o mesón, un tipo de negocio que entonces proliferaba en Tamaraceite, como punto de refresco en la ruta hacia el norte de la isla. El historiador Juan Francisco Santana publicó en 2006 un blog 'Los Mesones de Tamaraceite' en el que se hace mención al negocio. «Los coches de hora paraban por sólo comprar los artículos que ofrecía doña María Villegas, no sólo sus mencionados bizcochos, sino que también tenía a la venta, en su negocio de Tamaraceite, bollos, queques y otros productos similares«.
La realización del cortometraje se engloba dentro del proyecto emprendido por el colectivo Bentejuí para trasladar a los jóvenes la historia de los bizcochos de Tamaraceite Para ello, antes de la pandemia, se realizaron unos talleres que se celebraron en la carretera general. «Eso permitió el contacto con la famlia de María Villegas y que los jóvenes recuperasen el legado oral que aún queda en el pueblo», aclara Yeray Castellano.
El documental ha sido realizado por el guionista y director Willy Suárez, quien elaboró el guión con las aportaciones que la asociación juvenil recogió de la familia de María Villegas y de otros vecinos de Tamaraceite.
Además, gracias a esta iniciativa se han recuperado fotos antiguas de la cocinera y de su horno artesanal «que serán entregadas a la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) para su digitalización».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.