El Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas de Gran Canaria condenó de conformidad a un vecino de Lomo Los Frailes por haber maltratado de forma continuada a su propio hijo, de seis años, al que también angustiaba con crueldad gritándole y poniéndole películas de terror. En una ocasión le estampó la cabeza contra la pared y en otra, el niño suplicó a una vecina que no le dejaran irse «con esa bestia», en referencia a su padre.
C.M.S.U. -solo publicamos las iniciales para la protección del menor- asumió la culpabilidad de los hechos objeto de acusación y fue penado en firme por los delitos de maltrato habitual y otro leve de lesiones. Las penas que deberá de cumplir son dos años de cárcel, su inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad por tiempo de cinco años y el alejamiento del mejor y la prohibición de no comunicarse con él durante siete años y medio. Además, deberá indemnizar a su hijo con 5.000 euros por daños morales y 90 por las lesiones ocasionadas.
En el caso de la pena privativa de libertad, la magistrada Natalia Paula Suárez Acosta la suspendió con la condición de que C.M.S.U. abone mensualmente y sin faltar 120 euros a la víctima hasta cubrir los 5.090 euros que debe y que en el periodo de cuatro años no vuelva a delinquir.
Una suspensión que fue discutida por la letrada de la acusación particular, María Alemán Santana, quien alegó que el condenado tenía medios económicos para pagar más cantidad de dinero al mes ya que había trabajando en Mercadona de gerente cobrando 1.800 euros al mes y recibió 47.000 euros de esta empresa de indemnización cuando la dejó, tuvo tres casas alquiladas y tenía una prestación por incapacidad absoluta.
Ante este escenario, la autoridad judicial decretó que fuera pagando los referidos 120 euros al mes a la víctima, sin perjuicio del resultado de la averiguación patrimonial que el juzgado iba a llevar a cabo sobre C.M.S.U.
Durante meses
La condena impuesta a este hombre de 42 años, nace de unos hechos ocurridos entre diciembre de 2017 y noviembre de 2018.
En este periodo de tiempo, C.M.S.U. actuó con el objetivo de «menoscabar la integridad física y psicológica de su hijo», según la fiscal, al que sometió a una serie de maltratos que incluyeron agresiones físicas y obligarlo a ver películas de terror inadecuadas para su edad, como la serie de películas 'Pesadilla en Elm Street' y 'El Exorcista'. Además, frecuentemente asustaba al menor usando una máscara de 'Freddy Krueger'. Estos actos provocaron que el niño desarrollara secuelas psicológicas significativas, diagnosticadas como trastorno adaptativo con ansiedad, según el manual diagnóstico DSM-V de la American Psychiatric Association.
Además, el 8 de noviembre de 2018, entre las 17.00 y las 19.45 horas, en la casa de la abuela paterna en el barrio de San Juan, el acusado agredió físicamente al menor, quien no convivía con él sino con su madre. Lo golpeó y lo estampó contra la pared y, como consecuencia de este acto, el niño sufrió una contusión facial, eritemas y hematomas en la cara, incluyendo el área malar, frontal, mejilla y labio superior. También presentó heridas en las piernas, que aunque no requirieron tratamiento médico posterior, necesitaron de asistencia facultativa inmediata. El menor tardó tres días en recuperarse de estas lesiones.
C.M.S.U., que había sido condenado ejecutoriamente el 2 de mayo de 2018 por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas por la comisión de un delito leve de vejaciones, instauró una situación de terror y violencia constante sobre su propio hijo, una situación que la letrada María Alemán argumentó apoyándose en testimonios de testigos y las evaluaciones de los técnicos del Centro de Orientación Familiar de Canarias al que acudieron desde septiembre de 2018.
En concreto, la letrada en su escrito de acusación refirió una entrevista que realizó la psicóloga al niño en septiembre de 2018 en la que la profesional estableció que la víctima tenía «pánico» de ir con su padre y que cuando éste lo recogía en el colegio, al regresar con su madre «le gritaba, pegaba e insultaba» alegando que «su padre le mandaba» a hacerlo. También detalló que el niño de seis años dibujaba a su familia y «tapaba a su padre con una nube negra».
Mientras, la madre del niño dijo que «sufría terrores nocturnos», que su padre «lo maltrataba, que tenía miedo de ir con él porque le gritaba y le trataba mal». Añadió que una tarde «le dejó sin merendar» y que en ocasiones «le llegaba con caca» cuando el condenado lo recogía en el colegio y se hacía cargo de su custodia.
En el mismo sentido, una testigo vecina de los perjudicados afirmó que el niño un día le contó que su padre le preguntó con quién se quería ir y como respondió que con él, le dijo que no le creía y «le estampó contra la pared». También que en una ocasión que le dijo que tenía que marcharse con el condenado, le respondió: «Cómo vas a dejar irme con esa bestia».
Por último, una expareja de C.M.S.U. declaró que este individuo era «un peligro público» y que le había manifestado en varias ocasiones que «iba a ir a por ellos» -en relación a su hijo y la madre- y que llevaba «un martillo en el coche». También expuso que le contó que sufría un «trastorno bipolar agresivo» y que había sido tratado en una unidad de Salud Mental.
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