Crimen de Andrea Costa: «Al pobre le quitaron la vida en menos de lo que canta un gallo»
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Una mujer que estuvo con el Adoptado y los otros dos acusados narró como, presuntamente, acabaron con la vida de Andrea Costa en VecindarioNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
La investigación del crimen de Andrea Costa, ocurrido el 12 de septiembre de 2021 en Vecindario (Gran Canaria), incluyó una prueba clave: la declaración de una mujer que, según afirmó, presenció los hechos dentro de la vivienda del principal acusado, David José R.P., conocido como el Adoptado. Esta testigo relató, en la reconstrucción de los hechos a la que ha tenido acceso este periódico, que «el pobre se quería defender y no podía», en referencia al ciudadano italiano que perdió la vida tras ser golpeado brutalmente y cuyo cuerpo fue posteriormente quemado dentro de su propio coche en Pozo Izquierdo.
Este juicio será señalado entre finales de enero y principios de febrero de 2025 y será juzgado por un jurado popular presidido por el magistrado Arcadio Díaz Tejera, adscrito en esta ocasión a la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Por estos hechos, la Fiscalía pide 15 años de prisión a los tres acusados por un delito de homicidio.
«Al pobre le quitaron la vida en menos de lo que canta un gallo», es una de las frases pronunciadas por la testigo que resume el horror de lo presenciado esa noche, en una declaración realizada en la reconstrucción que apuntó directamente hacia los sospechosos. Esta diligencia se hizo en presencia de la autoridad judicial, de la fiscal, de los abogados de las partes y de los investigadores del equipo de Personas de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Estos agentes concluyeron con notable éxito una operación que denominaron Bruq.
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Hay que destacar que las defensas de los tres acusados solicitaron, tanto a la instrucción de la causa como a la propia Audiencia Provincial de Las Palmas, que esta testigo fuera valorada por psicólogos forenses del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas al entender que su testimonio no era válido al estar afectada por el consumo de las drogas. El magistrado Díaz Tejera avanzó, en la vista, que no iba a acceder a esa diligencia ya que, en cualquier caso, la valoración sobre la credibilidad del testimonio de la mujer era competencia del propio jurado popular con la reproducción de la prueba preconstituida durante el juicio.
Según esta mujer, que era conocida tanto de los encausados como de la víctima, todo comenzó cuando fue llevada a la vivienda donde ocurrieron los hechos por la acusada Estefanía Pino A, quien le insistió en asistir a una cena organizada por el Adoptado. «Estaba acostada cuando Estefanía vino a buscarme. Me dijo que David quería invitarme a cenar. Aunque no quería ir porque estaba mala y no tenía dinero, terminé aceptando. Me vestí y vine, que fue lo peor que hice».
El grupo cenó en el restaurante japonés Sakura III en Playa del Inglés, donde la declarante comenzó a notar algo extraño: «Vi a David hablando con Estefanía en voz baja. Algo no estaba bien. Le dije: 'Algo está pasando aquí'. Me levanté porque tenía fatiga y salí a caminar». Tras la cena y marcharse del restaurante sin pagar, el grupo regresó a la vivienda de David en Vecindario, donde más tarde dijo que llegaría Andrea Costa, que fue identificado por la Policía Nacional al ser el único que se quedó en el restaurante y no salió corriendo.
El italiano llegó a la vivienda después del grupo y, según la testigo ocular, y tras discutir, fue agredido. «Nada más entrar, le gritaron: '¡Hijo de puta, mentiroso!', y empezaron a pegarle puñetazos y patadas». La espectadora observó cómo los agresores, David y Juan Felipe A.V., intensificaron los ataques. «Lo tiraron pegándole, lo tiraron boca abajo, patadas».
Relató cómo los dos hombres arrastraron a la víctima hasta una habitación al fondo de la vivienda. «Lo llevaron a la última habitación a la fuerza, dándole golpes todo el camino. Juan Felipe le amarró las manos y los pies pegándole patadas a fuerza porque el pobre gritaba italiano. No podía. Soltó por la boca un trozo de carne», manifestó.
En su declaración, la testigo directa señaló a Estefanía Pino como cooperadora en los hechos. Según explicó, David ordenó que trajera una sábana, lo cual hizo sin cuestionar. «David me dijo: 'Dile a Estefanía que traiga una sábana'. Ella fue a la habitación, la rompió en trozos y se la dio a ellos».
Aunque Estefanía no participó directamente en la agresión, según la mujer, era plenamente consciente de lo que ocurría. «Se metió en la cama y cerró la puerta, pero tenía la puerta media abierta. Sabía perfectamente lo que estaban haciendo».
Desde fuera de la habitación, la declarante observó los momentos finales de la agresión. «David estaba agachado, apretándole el cuello con un trozo de sábana. Juan Felipe seguía pegándole mientras le ataba las manos y los pies. Andrea no podía defenderse».
El relato incluyó una escena especialmente impactante: «Vi cómo Andrea soltó algo por la boca, como un trozo de carne. Parecía un hígado». Los golpes continuaron con intensidad. «Le pegaban patadas. '¡Cállate, cabrón! ¡Dame la mano!', le gritaban mientras lo golpeaban. Al pobre le quitaron la vida en menos de lo que canta un gallo».
Explicó en esta reconstrucción que, aunque tenía miedo de ser descubierta, intentó observar lo que sucedía. «Me levantaba y volvía a sentarme porque tenía miedo. Juan Felipe me dijo: 'Si abres la boca, te va a pasar lo mismo que a él'. No podía decir nada, estaba aterrada».
Tras presenciar el supuesto homicidio, decidió abandonar la vivienda. «Cogí mis zapatos y me fui. No podía quedarme allí». Al día siguiente, agentes de la Guardia Civil contactaron con ella para tomarle declaración. «Un agente me dijo: 'Sabemos que lo ha pasado mal, pero necesitamos que cuente lo que vio'. Entonces supe que tenía que decir la verdad».
La Fiscalía Provincial de Las Palmas acusa a David José R.P. el Adoptado y a sus presuntos ayudantes, Juan Felipe A.V. y Estefanía Pino A.V., de homicidio. Según el informe forense, Andrea Costa sufrió fracturas costales, un severo traumatismo nasal y una asfixia mecánica mixta causada por la presión ejercida en su cuello y la obstrucción de las vías respiratorias con contenido sanguinolento. Posteriormente, su cuerpo fue colocado en su vehículo, que fue incendiado y abandonado en Pozo Izquierdo.
La Fiscalía solicita para cada acusado 15 años de prisión y una indemnización conjunta y solidaria de 180.000 euros para la familia de Andrea Costa.
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