Atascos y playas cerradas al baño en la capital

La borrasca en la capital fue solo un anticipo del invierno tintado de calidez otoñal. Solo así se explica que las lluvias intensas, por breves momentos torrenciales, se combinaran con temperaturas que en general superaron los 22 grados en los diferentes puntos de Las Palmas de Gran Canaria.

Las precipitaciones más intensas ocurrieron de madrugada, en torno a las cuatro de la mañana, y eso determina que las incidencias fueran mínimas en ese momento. Los barrancos empezaron a acumular agua y desembocaron en la costa, de forma más notoria en la zona de La Cícer, en la playa de Las Canteras, donde una riada interrumpió la continuidad de la arena. Por este motivo, desde el Ayuntamiento capitalino se desaconsejó el baño.

La misma situación se vivió en la playa de Las Alcaravaneras, aunque por razones diferentes. En este caso, también se impidió el baño pero por la llegada de agua de la red de pluviales.

La Policía Local aseguró que el día transcurrió sin apenas incidencias importantes, si bien la lluvia se dejó notar en el tráfico. «Ha habido muchas retenciones porque la gente utiliza más el coche y conduce con mayor precaución», explicaron.

Por momentos, la circulación se complicó algo más debido a varios accidentes de tráfico. El primero del día ocurrió a primera hora, cuando un coche derrapó en la Avenida Marítima, a la altura de la calle Munguía y provocó un atasco.

También en el interior de Julio Luengo hubo ligeros problemas por un golpe por alcance entre dos vehículos; y otros dos accidentes viales se registraron en León y Castillo y en Marzagán.

En ninguno de estos casos hubo heridos de importancia, según detalló la Policía Local.

También resultó ilesa la conductora de un coche que volcó en una rotonda bajo la GC-3.

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