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Dos jóvenes, Ángel González y Robert Rafael Rivera, tenían previsto pasar anoche su segunda madrugada en la calle, junto al portal del bloque de viviendas de la urbanización Las Llaves, en San Fernando de Maspalomas, en el que estaban alojados hasta este miércoles. No tienen trabajo ni ingresos. Tampoco arraigo familiar en la isla ni tienen la opción de recibir ayuda desde sus lugares de origen. Uno es gallego y el otro es venezolano. Pasan los días junto a todas sus pertenencias y su perra Gitana en un rincón que ellos mismos se han habilitado junto a la puerta del edificio.
Sus vecinos han intentado ayudarles con comida. Otro les ofreció un coche para que lo usaran al menos para pasar la noche, pero ellos no pueden aceptarlo. «No podemos dejar solas nuestras cosas, es lo único que nos queda». advierte Ángel González. «Solo pedimos un alojamiento alternativo al menos durante un mes hasta que yo cobre mi primer salario». Asegura que a partir de la semana que viene entra a trabajar en un negocio de Vecindario y que solo necesita que alguien les dé cierto margen y les permita estar bajo techo hasta que cobre y pueda pagar el alquiler.
Primero residían en el Green Park, pero, según González, tuvieron que dejarlo al no poder seguir haciendo frente al contrato de arrendamiento. Al salir de allí abonaron por adelantado un mes en una vivienda vacacional en un bloque de casas residenciales de Las Llaves, pero ya no pudieron volver a renovarlo. Según informó a este periódico la arrendadora, tenían que haber salido el 5 de marzo y, sin embargo, les dio unos días más de margen hasta que recibió la contratación de una nueva reserva y tuvo que pedirles que abandonaran el piso. No se fueron muy lejos. Se quedaron a dormir junto al portal.
Lo cierto es que ahora los dos jóvenes están en la calle. Cuentan que han recurrido a Servicios Sociales del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y que la respuesta que les han dado no les resuelve su principal urgencia, que es encontrar cuanto antes un alojamiento. Sin embargo, desde el Ayuntamiento aclaran que las corporaciones municipales no tienen competencias en materia de vivienda, por lo que no disponen de recursos para alojar a posibles peticionarios, ni siquiera en casos de urgencia. Sí hay recursos, en cambio, para dar ayudas de alimentos a través de cualquiera de las ong que colaboran con la corporación, como Cáritas o Cruz Roja.
«Mi miedo es que al final ni siquiera pueda empezar a trabajar la semana que viene, ¿cómo me voy a ir si estamos aquí tirados? esto no podemos dejarlo solo», se lamenta Ángel González.
Estos dos jóvenes se suman a la larga lista de sintechos que están desperdigados por San Bartolomé de Tirajana, buena parte de ellos extranjeros. La casuística es tan diversa como compleja la solución. El Gobierno canario se comprometió hace un año a ayudar a la corporación local, pero no pasó del anuncio. Palmerales como el del Oasis se han convertido en refugio para algunas de estas personas, que usan tarajales como viviendas.
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