Gran Canaria deslumbra en Madrid Fusión con las estrellas de su cocina

«La gastronomía grancanaria vive su mejor momento. Comer bien en la isla, con productos de la tierra y propuestas que profundizan en la identidad del territorio, se ha convertido en un elemento de gran valor para la economía insular. La isla cuenta ya con medio centenar de restaurantes que forman parte de las Guías Michelín y Repsol, entre Estrellas, Soles, BIB Gourmand, Soletes y Recomendados. Nuestros vinos y quesos son premiados mundialmente, al igual que las sidras y el café. Ahora también se nos conoce a través del paladar, con una cocina de prestigio, que se ha erigido en un atractivo turístico muy relevante».

Con estas palabras, el consejero de Turismo, Carlos Álamo, tomó parte en la inauguración de Madrid Fusión 2024, a la que la isla acude bajo el lema 'Donde todo comienza' y con un dream team de los fogones compuesto por una treintena de referencias contrastadas del buen momento de su hostelería.

Restaurantes consolidados y que intervendrán como ponentes en la cita de Madrid, como Tabaiba, Bevir, Muxgo, Nelson, LaAquarela, Qué Leche y Anteo y Borneo fueron algunos de los que mostraron este lunes sus conceptos gastronómicos y la excelencia de sus salas en el espacio de Gran Canaria en Ifema, como estandartes de la promoción turística del destino.

«Madrid Fusión es una herramienta extraordinaria para la difusión de los valores de la gastronomía de nuestra isla, como un ejemplo de diversificación, de protección del territorio, del paisaje y un modelo de proyección turística sostenible», destacó también Álamo.

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Madrid Fusión celebra este año su edición número 22, de las que Gran Canaria ha participado en siete ocasiones.

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Gran Canaria acude a esta cita con una propuesta gastronómica que fusiona el arraigo de los cocineros de la isla a los productos de la tierra y el influjo de otras culturas, acorde a la condición isleña. La isla se presenta como territorio históricamente aislado que generó diferencias con respecto a regiones adyacentes, la isla como elemento exótico e idílico, la isla como tierra de origen volcánico, modificada por los vientos, la temperatura, el Atlántico y el humano, y, por último, la isla como lugar de convivencia entre culturas de diferente procedencia porque la isla pesa, pero los contactos externos han sido y son necesarios en la cultura y concretamente en la gastronomía, generando una miscelánea culinaria que ha enriquecido los paladares.