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«Esto no es de ahora, es de hace años, el Pride ya no es lo que era», se quejaba este lunes uno de los empresarios del centro comercial Yumbo, el establecimiento que históricamente ha acogido los actos centrales del Maspalomas Pride by Freedom. Los gestores de distintos locales contactaron con este periódico para quejarse de que las ventas han descendido entre un 40 y un 55% con respecto a 2023. «Es el quinto año consecutivo de descenso en ventas».
Una batida por algunos de los negocios del Yumbo, tanto de restauración como vinculados a productos de bazar, ropa o perfumería, deja ver una sensación generalizada de que esta edición ha estado «muy floja», tanto en cuanto a afluencia como a ingresos. Se quejan de que el evento se está haciendo de espaldas a los locales del centro comercial.
«Cada vez vienen menos ingleses, que son los que gastaban; ahora si te compran algo son productos de 10 o 15 euros, una porquería», se lamentaba el dueño de un bazar. «Al Winter viene más gente y con más poder adquisitivo», dijo otro, «nos deja más ganancias». Otro apostilla. «Es increíble, en pocos años el Winter le ha ganado la partida al Pride».
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«La asociación Freedom y sus empresas concentran la mayoría de ingresos, así que las instituciones que subvencionan el Pride deberían saber que están dañando a los negocios de la zona, cuando en su origen lo que se buscaba era dar un impulso económico a mayo, que siempre fue un mes malo», subrayan en un resumen a modo de balance que un grupo hizo llegar al periódico.
De modo muy gráfico, una de las empresarias, que gestiona varios locales, se quejó, por ejemplo, del bajón del primer viernes y sábado. «No había casi nadie, normalmente cerramos a las 3 de la mañana y lo adelantamos a las 12 de la noche». A su juicio, «el Pride cada vez seduce menos a la comunidad LGTBI y se ha convertido en un festival de música», razona esta afectada.
«El Pride solo es un buen negocio para sus organizadores, nos han excluido a todos». Creen que el evento «ha tocado fondo» y emplazan a adoptar medidas que lo reconduzcan. «Lo que antiguamente era un evento de 10 días para las vacaciones de visitantes europeos lo han ido convirtiendo en un evento de fin de semana para turismo nacional».
¿La prueba? Aportan fotos para tratar de demostrar que la plaza central del Yumbo solo se animó durante el último fin de semana, «sin haberse llenado ningún día». Se refieren hasta la parte de atrás y no solo al espacio que fue acotado este año.
Entre las claves de esta flojera citan que «la oferta en la programación se ha limitado a la música electrónica», por lo que es cada vez «menos atractiva para los públicos diversos. «Echamos de menos actuaciones de artistas internacionales de géneros variados».
También advierten «un exceso de eventos privados y de pago, que la asociación Freedom y la empresa Jaifer Events, bajo el paraguas de la marca 'Maspalomas Pride', explota durante el día en diferentes espacios». E igualmente se quejan de «los extensos horarios del evento, que no permiten la actividad de 'segunda hora' en los locales del Yumbo», por lo que las ventas se concentran en las barras de la organización.
Y dos argumentos más. Uno, «la barrera de 3,5 metros de alto que este año se levantó entre la plaza del centro comercial y los locales aledaños, aforando todo el perímetro y excluyendo a los negocios de la planta baja del Yumbo de la posibilidad de disfrutar de las actuaciones desde sus locales». Y dos, que la cabalgata del Pride «se convirtió en un macrobotellón que colapsó los pasillos y los accesos».
Tampoco comparten que mientras los locales del Yumbo dan acceso gratuito al baño, la organización cobrase un euro por ese servicio «pese a estar en una plaza pública». Reprochan que tomasen medidas para evitar el botellón solo en la zona que afectaba a sus barras y que, en cambio, lo dejasen «en la puerta de los locales del Yumbo».
Y también les molestó que «cada noche los presentadores hiciesen hincapié al público que consumiera en las barras de la organización; les decían que eran las que hacían posible el evento». En ese sentido, dejan claro que, para ellos, el Yumbo ha sido y es el epicentro del entretenimiento LGTBI en Europa gracias a su labor durante todo el año. «Una fiesta del organizador fuera del Yumbo sería un fracaso».
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