El Cristo de la Buena Muerte lo cargan mujeres

Rafael Falcón

Moya

Domingo, 13 de abril 2025, 23:29 | Actualizado 23:45h.

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Cae la noche en la Villa de Moya y un grupo de mujeres empieza a acercarse sigilosamente a la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria. Pertenecen a la Cofradía del Santo Cristo de la Buena Muerte y dos veces por semana, y durante dos meses, acuden con fe y pasión a los ensayos previos a su gran día, cargar la noche del Jueves Santo al Cristo de la Buena Muerte, una imagen que data del año 1906.

En los años 80 surge en Moya un grupo formado por Fernando Benítez, conocido belenista de la isla, su mujer Soraya Díaz y Rafa Moya. Ellos iniciaron un movimiento para restaurar tronos y devolver la Semana Santa de la Villa de Moya al lugar que merece. El punto de inflexión se produjo en 1999. La familia Díaz Ponce donó el paso del trono a la Virgen de la Candelaria, patrona de Moya, y ese año salió a la calle en procesión la Virgen de Los Dolores. La Dolorosa fue llevada por hombres y en ese momento, en las mujeres de Moya surgió una idea y una inquietud. «Y por qué nosotras no podemos cargar con el Cristo de la Buena Muerte. Un grupo de mujeres que veníamos habitualmente a la parroquia a enramar, a limpiar la plata, etc, nos planteamos esta posibilidad. Éramos 24 y Parra, el primer capataz que tuvimos que era el capataz del Cristo de la Salud de Vegueta, nos enseñó absolutamente todo, y en el año 2000 salimos a la calle cargando al Cristo de la Buena Muerte, y este año cumplimos 25 años», comenta con tremenda ilusión Soraya Díaz, una de las fundadoras. Varias generaciones -abuelas, madres, hijas y nietas- han pasado por la Cofradía y este año un total de 22 mujeres cargarán la imagen, más dos contraguías, todas guiadas por su capataz, Saulo Moreno. «Nadie se puede poner mala, porque vamos justas, pero la ilusión es desbordante», destacan.

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Desde Rosi, con 71 años, a Alba, con 20 añitos. En los ensayos se palpa y respira la devoción que este grupo de mujeres ha asumido desde hace ya 25 años. «El Jueves Santo es un día muy especial para nosotras», añadiendo el capataz que «todas acaban llorando y fundiéndose en un abrazo conjunto». Se da la curiosa circunstancia que todas las componentes son de Moya, a excepción de Rosi, la más veterana, que acude a los ensayos desde La Isleta. «Venía con una amiga a ver la procesión y a través de un antiguo capataz me animaron a pertenecer a la cofradía, y aquí seguimos tras 20 años».

Este Jueves Santo, a partir de las 21.00 horas, el Cristo de la Buena Muerte saldrá a las calles del casco de la Villa de Moya, en un acto lleno de emoción que este año tendrá una connotación especial. Con motivo de este aniversario, el Ayuntamiento de Moya se ha volcado y gracias a su aportación, el trono estará acompañado por la Agrupación Musical Lasalle de Agüimes y el Cristo lucirá un monte de claveles rojos espectacular.

800 kilos soportarán sobre sus hombros estas mujeres durante la procesión, que saldrá desde la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria y en la que también participará la procesión de La Dolorosa, con momentos emotivos, como la presencia de legionarios, cuyo patrón es el Cristo de la Buena Muerte, cantando 'El novio de la muerte', así como el encuentro final entre la Virgen y el Cristo, a las puertas de la basílica.

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Ya la legión les ha entregado, con motivo del 25 aniversario, una medalla conmemorativa. Ensayando las marchas, los pasos, adecuándose al tallaje y siempre en buena armonía, sin faltar un buen chocolate caliente y un trozo de queque para aguantar hasta las diez de la noche los ensayos. Ya solo falta vivir este Jueves Santo la emoción que transmite este grupo de mujeres al cargar al Cristo de la Buena Muerte en su querida Moya.