Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este miércoles 23 de abril de 2025
Airam Vega, en plena retirada del bloque de sal bajo el que se horneó el cochino. Arcadio Suárez

De la mar, el cochino a la sal de Ingenio

Gastronomía. La mítica receta del restaurante Vega, en Guayadeque, encandiló en la última edición de Madrid Fusión. Se ha convertido en una tradición exportable como atractivo turístico

Gaumet Florido

Ingenio

Domingo, 10 de abril 2022, 02:00

De la mar, el mero. Eso dice el refranero español, y no el cochino, que, salvo sorpresa, no sabe nadar ni tiene aletas. Pero hay una tradición gastronómica en Ingenio, en un restaurante de Guayadeque, que sí vincula al cerdo con el mar. Y es que la mayoría de la gente no sabe que el mítico cochino a la sal del Vega, al final del barranco, nació de un tenderete de su artífice, Manuel Vega, ya fallecido, con sus amigos pescadores.

«Se juntaban y preparaban mucho pescado a la sal hasta que un buen día se les ocurrió: '¿Por qué no hacemos una prueba y metemos un cochino a la sal?'», explica Airam Vega, su hijo, que hoy gestiona el local.

La pregunta casi se responde sola. Han pasado 33 años y aquella aventura hoy no solo es marca de la casa de este restaurante-cueva, sino que se ha convertido casi en un símbolo gastronómico de Ingenio, exportable como atractivo turístico. Tanto es así que el Ayuntamiento llevó esta receta, junto con la de la sopa de domingo, a la última edición de la feria Madrid Fusión Alimentos de España, una de las citas más importantes de la gastronomía internacional.

«Fue un espectáculo, y una experiencia inolvidable». Le invitó la corporación local en el marco del programa Gastro Ingenio, un esfuerzo de la concejalía de Desarrollo Local que dirige Domingo González por «convertir a Ingenio en uno de los grandes referentes de la restauración de Canarias».

Airam cocinó el cochino allí mismo y se lo quitaron de las manos. Mereció incluso los elogios del chef José María, uno de los referentes de otro emblema, el cochinillo segoviano. Los dos saben a gloria, pero no tienen nada que ver. El de la provincia castellanoleonense es más pequeño, de entre 4 y 5 kilos.

El que se hornea en el restaurante Vega pesa entre 10 y 20 y tiene entre dos meses y dos meses y medio. «Es una carne más consistente. Ha de tener su punto de cocción. No te puedes pasar. Si te pasas, se te queda seco», revela.

Vídeo. Airam Vega cuenta cómo nació la receta del cochino a la sal. Cober

Tanta mano hay que tener y tanto hay que cuidar esta receta que solo Airam supervisa su cocción. Si él no está, ese día no se sirve cochino a la sal. Es el heredero directo de una tradición que aprendió desde muy niño de su padre, quien fundó este restaurante en 1981. «Desde que tenía 9 o 10 años le ayudaba a meter los cochinos a la sal», recuerda nostálgico Airam. Su padre hace 13 años que falleció y lo tiene siempre presente.

Pero el secreto no está solo en la cocción, de unas 4 horas y media bajo entre 25 y 30 kilos de sal, sino en la materia prima. Este local trabaja desde hace 45 años con una misma ganadería, de su entera confianza, a pocos kilómetros del restaurante, entre Cuatro Puertas (Telde) y Aguatona (Ingenio).

Foto superior, Airam y un empleado del local trasladando el cochino recién sacado del horno. Abajo, padre e hijo haciendo lo propio hace muchos años atrás. Al lado, Airam, delante de la puerta de su restaurante-cueva. Arcadio Suárez y Cober
Imagen principal - Foto superior, Airam y un empleado del local trasladando el cochino recién sacado del horno. Abajo, padre e hijo haciendo lo propio hace muchos años atrás. Al lado, Airam, delante de la puerta de su restaurante-cueva.
Imagen secundaria 1 - Foto superior, Airam y un empleado del local trasladando el cochino recién sacado del horno. Abajo, padre e hijo haciendo lo propio hace muchos años atrás. Al lado, Airam, delante de la puerta de su restaurante-cueva.
Imagen secundaria 2 - Foto superior, Airam y un empleado del local trasladando el cochino recién sacado del horno. Abajo, padre e hijo haciendo lo propio hace muchos años atrás. Al lado, Airam, delante de la puerta de su restaurante-cueva.

Trabajan tanto el cochino negro como el común, a demanda del cliente, pero apunta que en esa explotación crían una raza especial, mezcla de cochino negro y cochino blanco, que «no tiene tanta grasa como un cochino negro, y, sin embargo, la carne se queda jugosita, con la grasa que necesita».

La media es que sirvan entre 8, 10 o 15 a la semana. El tope es 8 por día, 4 en la comida y 4 en la cena, porque es lo que les cabe en el horno. Y hay que reservarlo con días de antelación. Les vienen a probarlo hasta de otros países. No hay paladar que se le resista.

Es un espectáculo comerlo, pero también presenciar en directo cómo lo prepara Airam, que se sirve de un martillo para romper el bloque de la sal. Todo forma parte del ritual, una experiencia única.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 De la mar, el cochino a la sal de Ingenio

logo

Debido a un error no hemos podido dar de alta tu suscripción.

Por favor, ponte en contacto con Atención al Cliente.

logo

¡Bienvenido a CANARIAS7!

logo

Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente, pero ya tenías otra suscripción activa en CANARIAS7.

Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo para analizar tu caso

logo

¡Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente!

La compra se ha asociado al siguiente email