San Bartolomé alega ante Costas que la escollera actual no es de ahora, sino de 2011

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha mostrado «su absoluta disconformidad» con las conclusiones del expediente sancionador que le ha abierto la Demarcación de Costas de Canarias, en el que le atribuye haber ampliado 70 metros la longitud de la escollera que discurre junto al restaurante El Senador y el Centro Comercial Oasis, en Maspalomas. En un extenso escrito de alegaciones de 37 páginas, que ya está en poder de Costas, la corporación que dirige Conchi Narváez refuta punto por punto las tesis del organismo estatal y aporta incluso fotos comparativas para demostrarle que la escollera actual, con la longitud que tiene, no es de ahora, sino de 2011. Y, es más, también le incorpora documentos oficiales para probar que no solo mide ese largo desde hace 10 años, sino que la propia Costas, que es la que ahora le sanciona, le autorizó incluso ampliarla más en 2011.

El escrito elaborado por el departamento que dirige Samuel Henríquez insiste en que los días 16 de abril de 2021 y posteriores, cuando la fuerza de las olas provocaron varios daños en la zona de tránsito de la escollera, primero a la altura del restaurante El Velero y después en otros puntos, la actuación de la concesionaria municipal del mantenimiento del litoral se limitó a estabilizar y rellenar los huecos que el mar provocó en el dique «con arena de las proximidades y cantos rodados recogidos por la pala del tractor de la misma falda de la escollera», y no de la zona intermareal, como sostiene Costas. Y subraya que la primera actuación se hizo de noche porque se aprovechó la primera bajamar tras el socavón creado por las olas. En ese sentido, aclara, se hicieron trabajos de relleno, nunca obras.

Por otro lado, para probar que la escollera actual, con 170 metros de largo, ya estaba así en 2011 no solo aportan fotos comparativas de aquel año y de este 2021, sino que adjuntan el documento por el que hace 10 años Costas autorizó al Ayuntamiento la reparación de la escollera «desde el Faro de Maspalomas hasta el puesto de Cruz Roja», es decir, para ampliarla más. Para demostrar qué se iba a hacer con aquella actuación, el escrito reproduce dos fotos incluidas por Tragsa en la memoria del proyecto con el que obtuvo el permiso. En ellas mostraba el antes y el después de las obras. En la foto del antes, de febrero de 2011, la escollera discurría desde el frente del Hotel Faro de Maspalomas hasta la mitad del centro comercial Oasis y su anchura iba disminuyendo conforme de acercaba a la mitad del Oasis, «tal y como ocurre en la actualidad», destacan en el escrito. Lo que se pretendía, que se recoge en la foto del después, y para lo que Tragsa obtuvo permiso, fue prolongar la escollera desde el restaurante El Velero hasta el puesto de Cruz Roja. Sin embargo, nunca se ejecutó. De hecho, añade el escrito, la escollera «quedó inalterada», por lo que, aduce el consistorio, «se falta a la verdad» cuando se afirma que el Ayuntamiento amplió la escollera. «La longitud actual es la misma que en 2011».

Se pregunta el Ayuntamiento en el escrito qué ha llevado a Costas a atribuirle una ampliación que no ha hecho y por la que le acusan de una infracción «grave» que lleva aparejada una multa de 2.808,75 euros. Para el gobierno local la razón puede estar en el hecho de que, producto de la acción del oleaje, la escollera no haya estado siempre igual de visible en toda su extensión. Explica que en periodos en los que ha sufrido la retirada de grandes volúmenes de arena, algunos tramos del dique, sobre todo al suroeste, hayan quedado al descubierto. Y que, por el contrario, en años de bonanza, la arena se haya acumulado a ambos lados de la escollera (lado mar y lado tierra) y haya ocultado parte de su perfil y de su recorrido. Para demostrarlo, aportan fotos de varios años consecutivos desde 2011 hasta casi la actualidad. Contrasta una foto de aquel año 2011 en que la escollera presenta un largo de 170 metros, que es el que, insiste el consistorio, tiene también ahora, con los apenas 80 metros que son perceptibles en una foto de 2019.