
El alcalde de Firgas, Alexis Henríquez, reconoce que la Concejalía de Festejos cobró en mano y en metálico a chiringuitos y puestos de venta ambulante la tasa por ocupación del suelo público en las pasadas fiestas de San Roque y que ese dinero no ha sido ingresado en las arcas municipales.
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El primer edil admite que el cobro a los feriantes de ese dinero, que cifró en más de 3.000 euros, sin entregarles ningún tipo de recibo ni justificante, «no es el procedimiento adecuado», pero se muestra convencido de que el concejal de Festejos, Manuel Báez, «dará las explicaciones oportunas» y de que «va a traer las facturas que se han abonado con ese dinero».
El alcalde achaca la decisión de cobrar de ese modo la citada tasa municipal, regulada por una ordenanza que «todavía está en pesetas» y fija el importe a pagar en función de los metros cuadrados de los puestos y la ubicación, a que «las fiestas se organizaron contrarreloj» y coincidieron con un problema de salud en la familia del edil.
Henríquez rechaza tajantemente la existencia de una caja B en el Gobierno que comparten PSOE, Unidos por Gran Canaria, CC y PP, aunque haya manejado dinero público sin el control de Intervención ni Tesorería. «No se debe actuar así pero las cuentas se aclararán», asegura.
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