Una innovadora propuesta de agrivoltaica, combinación de agricultura y paneles solares, y un bosque comestible son dos de las ideas con las que trabajan el Consejo Insular de la Energía y el de Aguas, unido al Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, para realizar en el barranco de Tirajana. Concretamente, donde estaba instalada antiguamente la finca Maluro.
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Se trata de un extenso terreno, a pocos metros del hipódromo, en el mismo cauce, que está actualmente abandonado y que podría ser un revulsivo para recuperarlo. Con este objetivo han presentado conjuntamente al Gobierno de Canarias un proyecto para optar a una subvención de casi 1,5 millones de euros para renovables en superficies antropizadas, que aún no ha sido resuelta, detalla el consejero de Medio Ambiente, Clima y Energía del Cabildo, Raúl García Brink.
Por un lado, el objetivo es la instalación de paneles de 500 kw a una altura un poco más elevada de lo habitual para, por debajo, cultivar hortalizas y algún tipo de frutales, como papayas. Los paneles solares cumplen aquí una doble función, por un lado producen energía y por el otro funcionan como un especie de invernadero al proteger a los vegetales del sol directo y evitar la evaporación del agua.
En cuanto al bosque comestible, un bosque natural que incluye árboles frutales, plantas comestibles y otras especies vegetales, pretenden que tenga una vocación social, siguiendo la estela del creado en Adeje, en Tenerife, que es el primero de Canarias. Este tipo de espacios se convierten en una 'miniselva' que no solo producen alimentos sino que ayudan a combatir el cambio climático, ya que en su interior la temperatura puede bajar varios grados con respecto al entorno.
Pendientes de delimitar los espacios
El concejal de Sector Primario de Santa Lucía, Francisco Guedes, detalla que aún no se han delimitado los espacios para estas dos iniciativas, ya que también estudian el modelo legal para ceder temporalmente parte del terreno a una cooperativa del municipio, como es Colicam, para explotarlo. Asimismo, también quieren reservar un lugar para recibir a centros educativos.
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Eso sí, la intención es aprovechar al máximo el terreno para instalar placas fotovoltaicas arriba y debajo cultivos de hortalizas y frutales. El edil reconoce que es un proyecto innovador y ambicioso, pero que requiere de una gran inversión para limpiar el espacio de los árboles frutales que ya están secos y para construir invernaderos, además de la instalación de los paneles.
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