
Siete guelfos más en la familia Dromemilk
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La cría Chago Mederos, con sus 38 kilos, inauguró la temporada de partos de raza canaria en la granja de camellos que Oasis Wild Life tiene en Goroy. Aún quedan tres madres más por dar a luzSecciones
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La cría Chago Mederos, con sus 38 kilos, inauguró la temporada de partos de raza canaria en la granja de camellos que Oasis Wild Life tiene en Goroy. Aún quedan tres madres más por dar a luzFabio mama de su madre Retama, Chago Mederos juega de un lado para otro y por ahí se acerca Wanda (42 kilos pesó esta misma mañana) dispuesto a roer el bolso. Son tres de los siete guelfos nacidos en la Dromemilk Camel Bio Farm, la granja camellar del Oasis Wildlife situada en el barranco de Goroy que se encuentra en plena época de paridera, que empieza en enero y termina en mayo.
Tras los treces meses de gestación, Chago Mederos inauguró la temporada de partos de la raza canaria: 38 kilos al nacer que le convierten en el más grande por ahora y 1.10 metros hasta la joroba. Le siguieron Fabio, 34 kilos y de tres colores, que mima su madre Retama; Alexia, 22 kilos y 1.10 metros, incluida la joroba, y así hasta siete guelfos (esto es, las crías de camellos que maman durante un año). En el camino se quedaron dos y aún están pendientes de dar a luz tres camellas más.
David Pérez, veterinario y tecnólogo del proyecto de producción de leche de camella Drome Milk, explica que el proceso de reproducción consistió en cruzar cuatro machos con 50 hembras. «Es un momento complicado porque el camello está en constante tensión y es muy dominante con las camellas».
En la granja de Goroy, situada en el municipio de Puerto del Rosario, viven 150 ejemplares de raza canaria, de los cuales la mayoría son hembras y unos pocos majalulos, esto es los camellos desde que se destetan hasta que llegan a la edad de reproducción. En todo el archipiélago, se contabilizan menos de 700 camellos canarios, con lo que la población de la Dromemilk supone el 40% del total de Canarias.
Wanda, que es hijo de Melisa, es por ahora el penúltimo en nacer. Tiene dos semanas y ya pesa 42 kilos. «Las crías de camello cogen mucho peso, alrededor de un kilo o kilo medio por día», detalla David Pérez.
En la Dromemilk Camel Bio Farm, los guelfos se bautizan con los nombres de los empresarios, cocineros o en general personas implicadas en el proyecto de la leche de camella. Chago Mederos es por el empresario majorero del mismo nombre. Rosa Díez, que bebe agua mientras no deja jugar a Alexia con ella, es por otra colaboradora (no por la conocida política). Paco Morales, que avanza con su pelaje color chocolate derecho a lamer la cámara de fotos, es por el cocinero cordobés que elabora postres y otros platos con leche de camella.
Alexia, Julia, Fabio, todas las crías requieren unos cuidados específicos y mucha vigilancia. A la hija de Melisa, por ejemplo, no le gusta mamar, por lo que los cuidadores la están criando con leche. «Tenemos que vigilar que no pierdan peso, que no les falta de nada, que estén en buenas condiciones sanitarias y continuar así con su viabilidad y aumentar la cabaña ganadera de esta raza canaria».
Las nuevas crías no gustan todavía de las piedras de sal y minerales que cuelgan de los corrales de la granja de Goroy. «Aportan micronutrientes y minerales que les ayudan a prevenir enfermedades, sobre todo relacionados con el pelaje», explica una vez más el veterinario y tecnólogo del proyecto. A los camellos les gusta lo salado que toman de estas piedras, aparte del saladillo que crece por Goroy, «lo que les da ese toque más salado de la leche de camella».
Oasis Wild Life apostó desde 2015 por su proyecto sobre las propiedades de la leche y la viabilidad económica de crear una industria láctea camellar en Canarias. Procedentes del noroeste de África, de donde llegar en el siglo XV, el camello de raza canaria se caracteriza por una capa monocolor y porque las hembras llegan a pesar 400 kilos.
Guacimara Cabrera, directora gerente de la Dromemilk, enumera, las propiedades de la leche de camella: es la más nutritiva de todas, con cinco veces más de vitaminas C y C que la de vaca y cabra. Cuenta, a su vez, con muy poca grasa y con un componente similar a la insulina, por lo que resulta beneficiosa tanto para el mundo fitness como para las personas con diabetes. Por otro lado, carece prácticamente de lactosa, por lo que también está indicada para quienes sufren alergias o intolerancias a los lácteos.
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