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Parte de las doce familias residentes en Comisianes, en Ajuy, con la Punta de la Nao al fondo. Javier Melián / Acfi Press
La protesta «no es por Ajuy, es por toda la costa oeste, que se debe proteger, no destruir»

La protesta «no es por Ajuy, es por toda la costa oeste, que se debe proteger, no destruir»

Minería ·

Son once las familias afectadas por el segundo permiso de tierras raras en el municipio de Pájara sobre 18,77 kilómetros, entre Comisianes, en Ajuy, hasta Amanay. «Sólo seremos daños colaterales si esto no se paraliza», animan a acudir a la concentración del domingo

Jueves, 4 de abril 2024, 15:00

Una, dos, tres, cuatro.... once familias, recuentan Valerio y Alejandro que viven en Comisianes. La urbanización ocupa unos dos kilómetros cuadrados del total de 18,77 kilómetros cuadrados para los que Tenáridos, del grupo Satocan, solicita al Gobierno de Canarias el segundo permiso de investigación minera de tierras raras a partir de rocas carbonatitas. «No es sólo por estas once familias, no es por nosotros, no es sólo por Ajuy: es por Puerto del Rosario, por La Oliva, por toda la costa oeste de Fuerteventura, que es un territorio virgen que se debe proteger, no destruir», resumen los portavoces de los residentes de Comisianes que, con el apoyo de la asociación de vecinos de Ajuy, convocan una concentración para este domingo, 7 de abril, a las 12.00 horas, contra las tierras raras.

Las once familias de Comisianes, una urbanización relativamente reciente que se construyó en 2001 al amparo del Plan Insular de Ordenación de Fuerteventura (PIOF), eligieron vivir en este tablero que mira a la mar del norte por el silencio que da una casa en una parcela de 10.000 metros cuadrados, por la tranquilidad sólo rota por el paso de los pescadores de tierra y los senderistas que recorren la costa por su interés geológico, que es el mismo que está detrás de las autorizaciones mineras. A exposición pública durante veinte días a partir del 22 de marzo, se encuentra el anuncio de admisión definitiva a trámite de la solicitud del permiso de investigación en sus parcelas, en sus trocitos de vida.

Parte de las onces famlias de Comisianes, con sus casas al fondo. Javier Melián / Acfi Press

En total, la autorización de sondeos es para 56 cuadrículas mineras desde Ajuy hasta Amanay, en el municipio de Pájara. Comisianes es el único núcleo de viviendas incluido en esta solicitud que afecta hasta cinco figuras de protección medio ambiental: los 18,77 kilómetros cuadrados están dentro del Parque Rural de Betancuria, de la Zona Especial de Protección para las Aves (Zepa) llamada Betancuria, Zona de Especial Conservación (ZEC) designada por la Comisión Europea, Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Hábitat de Interés Comunitario y zona núcleo de la Reserva de la Biosfera.

Además, y a varios kilómetros de Comisianes, las cuadrículas mineras afectan a suelo militar: el campo de tiro de Pájara.

El tablero de Comisianes, con Tierras Malas, la costa de Garcey y el jable de Peñon Blanco al fondo, donde se inicia el campo de tiro de Pájara. Javier Melián / Acfi Press

Estas protecciones devienen porque, a partir del último chalet de la urbanización hacia el sur, el de precisamente la familia de Alejandro, no hay nada, ninguna huella humana. Sólo territorio virgen que entra y sale del mar en forma de complejos plutónicos alcalinos con carbonatitas, de unos 60 millones de años, y de donde se obtendrían las tierras raras.

La vereda que pasa por delante de las viviendas de estas once familias conduce por este territorio virgen igual a los senderistas hasta la playa de La Solapa que a los bañistas hasta los famosos Charcones y a los pescadores de tierra a sus riscos favoritos de pesca. En la memoria del proyecto de los sondeos presentada por Satocan, afloran como lugares de exploración minera los mismos lugares que hollan unos y otros durante los días de asueto: Punta de la Nao, de los mejores lugares para coger sal de charco; Caleta Mansa, para cañeros menos experimentados; Peñón Blanco, con estancias marineras de medio siglo de antigüedad ; Punta de Gaspar González, el mejor pesquero para chopas.

Punta de la Nao, donde comienza uno de los mayores yacimientos de carbonatitas del municipio de Pájara y se extiende hasta Cueva Lobos, que es un LIC localidado dentro del campo de tiro. Javier Melián / Acfi Press

Esa soledad de sal y rocas antiguas de los pescadores y excursionistas es la que considera Valerio, portavoz de los vecinos, que está detrás de los permisos de Comisianes. «La extracción minera de tierras raras es altamente contaminante, por eso las buscan en lugares despoblados como la costa oeste majorera. Donde nosotros vemos atractivo turístico, ellos sólo ven tierras raras. Sólo seremos daños colaterales si esto no se para».

Y el grupo de vecinos se despide hasta este domingo, día de la manifestación en contra de las minerías de tierras raras.

Parte de los vecinos de Comisianes, en primer término Valerio y, con gorra, Alejandro. Javier Melián / Acfi Press

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