Lola, Agoney, Josefa, Andrés: un árbol es más que un árbol en El Cotillo
Medio ambiente ·
Un grupo de vecinas y vecinos rechaza que se arranquen los 61 ficus, de los cuales sólo quedan 49, por las obras de accesibilidad del Ayuntamiento de La OlivaMedio ambiente ·
Un grupo de vecinas y vecinos rechaza que se arranquen los 61 ficus, de los cuales sólo quedan 49, por las obras de accesibilidad del Ayuntamiento de La OlivaSon -mejor eran- 61 los ficus de unos viente años que crecían a lo largo de la avenida Los Lagos, en El Cotillo. La tercera fase de las obras municipales de accesibilidad contempla arrancarlos todos y trasplantarlos. Hasta el momento, el Ayuntamiento de La Oliva ha retirado doce ante los ojos asombrados de algunas vecinas y vecinos que en los 49 restantes han colgado tejidos, a través de Tejedoras Subversivas, e historias con nombres como seres vivos que son y que terminan con un «no dejes que me llevan a otra parte. Únete a las acciones de protesta, por favor».
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El ficus cercano al pequeño supermercado es Josefa. «Estoy cansada de que me poden cada años sin tener cuidado. ¿Ahora dicen que me van a sacar de aquí? No voy a vivir para contarlo, no estoy para estos trotes, prefiero quedarme aquí». El mensaje es el mismo, den sombra y color a la entrada de un bloque de apartamentos, de una casa terrera o de la barbería: Salvar los árboles.
Primero podan los ficus y después los arrancan, transportándolos hasta un solar cercano a la ermita de El Cotillo. «Y lo están haciendo de forma errónea, sin apenas raíces, con una técnica que se llama desmoche que es muy agresiva e invasiva, como nos confirman algunos expertos, sin apenas garantías de supervivencia», denuncia Iris Baute, una de las portavoces de la protesta y vecina de El Cotillo desde hace nueve años, en la misma avenida donde ya podaron su arbolito Agoney que en verano daba sombra y todo el año, vida.
En lugar de los ficus que los defensores han llamado Andrés, Santiago, Eva, Pedro, Laura, la tercera fase de estas obras valoradas en 682.290 euros y financiadas con fondos europeos Next Generation contempla plantar palmeras, según la poca información vecinal. «Quieren levantarlos porque, según sus defensores, los árboles levantan fachadas, provocan caídas a diario de los transeúntes, de que las semillas huelen mal según otros. Todo falso».
De lo poco que sabe la ciudadanía es que una parte de los árboles se quedará en esta zona de la ermita para crear una zona verde, «y nos preguntamos dónde está proyecto de zona verde»; y la otra parte corre de parte del promotor decidir dónde ir.
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Al primer objetivo de dejar los árboles donde están desde hace 20 años, la ciudadanía añade un segundo: la accesibilidad, «No son obras que garanticen la accesibilidad, es una palabra que se esgrime sin más en el proyecto, pero que en realidad creemos, por lo poco que se ve en el proyecto, que va a aumentar la capacidad de carga de la calle, es decir es para que más vehículos circulen por aquí».
Estas ciudadanas y ciudadanos también protestan por la falta de transparencia e información del Consistorio de La Oliva en todo lo concerniente con esta tercera fase de las obras . «No nos han informado, ni nos han convocado a ninguna reunión, y lo poco que sabemos es por el plano que se ve en el cartel de las obras».
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Pasa una mujer, mira el ficus Lola y confirma preguntando: «Están bonitos. ¿Para qué quitarlos entonces?». Aprovecha para sugerir que «si acaso, que los limpien a menudo y apunta, apunta ahí: que pongan semáforos en la zona del colegio y que pase aunque sea un solo policía local por el pueblo alguna vez».
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