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René de Lamar / Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 5 de febrero 2018, 09:12
Con mucha frecuencia al revisar toda la medicación que ingieren los adultos mayores los médicos detectamos fármacos con efectos adversos potenciales sobre la memoria y la cognición en general, con frecuencia prescritos años antes, que se han mantenido en el tiempo y que pueden estar relacionados con las quejas que motivan la consulta, por lo que en base a tan interesante tema estructuramos el artículo de hoy.
El cerebro es el órgano mas complejo y enigmático del cuerpo humano, controla todas nuestras actividades, lo que hacemos pensamos y sentimos por lo que es importante protegerlo de tóxicos y sustancias que pueden deteriorar sus funciones.
La pérdida de memoria puede ser consecuencia de factores tan variados como el consumo de alcohol, drogas, tabaco, traumatismos craneales, alteraciones del sueño, estrés severo mantenido en el tiempo, depresión, hipotiroidismo y déficit de vitamina B-12 entre otros.
Hay medicamentos que nos solucionan un determinado aspecto para lo que se han indicado pero su uso mantenido puede perjudicar la memoria.
Determinados analgésicos potentes utilizados para el tratamiento del dolor crónico moderado a severo por artrosis o artritis entre otras causas pueden deteriorar la memoria.
Algunos antihistamínicos utilizados para el tratamiento de manifestaciones alérgicas como la difenhidramina o clorfeniramina entre otros pueden inhibir la liberación de acetilcolina, neurotransmisor vinculado a la memoria y deteriorarla.
Los antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina e imipramina entre otros utilizados para la depresión, trastornos de ansiedad asociados y dolor crónico entre otras indicaciones pueden generar disfunción en la memoria y dificultad en la concentración.
Además de la común polifarmacia, el uso frecuente de fármacos inapropiados en los mayores se ve agravado por el empleo de dosis inadecuadas incluso tóxicas lo que contrasta con otras insuficientes, así como el deficiente control de la duración del tratamiento pautado.
Las personas mayores son un grupo heterogéneo de pacientes en el que a menudo coexisten múltiples enfermedades para las que se van prescribiendo por diferentes especialistas un elevado número de medicamentos con el riesgo consiguiente de reacciones adversas a los mismos e interacciones farmacológicas.
Este riesgo aumenta con la edad, como consecuencia de los cambios fisiológicos inherentes al proceso de envejecimiento, los cambios en el comportamiento farmacocinético y farmacodinámico de los medicamentos, la incuestionable influencia de las enfermedades, las alteraciones funcionales y los aspectos sociales sobreañadidos.
Para mayor complicación los síntomas relacionados con reacciones adversas a fármacos se manifiestan de manera inespecífica como confusión, mareos, inestabilidad, fallos de memoria o caídas.
Nos da una medida de la prevalencia de reacciones adversas a fármacos en los mayores de nuestro país, que de los que viven en su domicilio ascienden al 35%, y entre un 10 y un 48% de personas mayores hospitalizadas y que acuden a urgencias hospitalarias sufren una reacción adversa a medicamentos.
Por lo general un fármaco se considera adecuado o apropiado cuando presenta una evidencia clara que apoya su uso en una indicación determinada, son bien tolerados en la mayoría de los casos y son coste efectivos.
La prescripción adecuada en los mayores debe tener en cuenta la esperanza de vida individual del paciente, evitando terapias preventivas en aquellos pacientes con pronóstico de corta supervivencia y promoviendo el uso de fármacos con relación beneficio-riesgo favorable.
En la prescripción inadecuada debemos incluir el uso de fármacos con una mayor frecuencia o mayor duración de la indicada, con un elevado riesgo de interacciones medicamento-medicamento o medicamento-enfermedad, fármacos duplicados o de la misma clase y los que por diversos motivos no se prescriben en pacientes mayores por diversas razones.
De forma paradójica el incumplimiento de la pauta terapéutica es también frecuente en los mayores.
La pérdida de memoria, la soledad, la disminución de la capacidad intelectual, la falta de conciencia de enfermedad, el coste de la medicación y la falta de apoyo social y familiar son factores que favorecen el incumplimiento.
En los cuadros psiquiátricos la incumplementación es también elevada, bien sea total o parcial.
Si el incumplimiento es frecuente no lo son menos los errores de medicación, que llegan a comprometer la eficacia y seguridad del tratamiento.
Habitualmente en el mayor se requieren dosis menores de psicofármacos para conseguir efectos clínicos equivalentes a la población joven.
Por alteración en los receptores, la sensibilidad a las benzodizepinas y los opioides esta incrementada con la edad, independientemente de las modificaciones farmacocinéticas, lo que podría explicar un mayor efecto sedante y alteraciones de la memoria.
El sistema colinérgico se encuentra también afectado, lo que puede explicar el déficit cognitivo que producen los agentes con propiedades anticolinérgicas.
La degeneración de la vía extrapiramidal y un menor aporte de dopamina puede relacionarse con la mayor sensibilidad y discinesia tardía (movimientos involuntarios anormales en la musculatura orofacial) inducidos por neurolépticos en el mayor.
La prescripción inapropiada de fármacos en los mayores es un serio y frecuente problema que contribuye al aumento de reacciones adversas.
Justificadamente la polimedicación esta incluida entre los síndromes geriátricos.
En los mayores polimedicados, el riesgo de sufrir reacciones adversas a
medicamentos e interacciones farmacológicas aumenta con la edad.
Se considera que una prescripción es inapropiada cuando el riesgo de sufrir efectos adversos es superior al beneficio clínico, básicamente cuando existen alternativas más seguras y eficaces.
Se estima que las reacciones adversas a fármacos son responsables de hasta un 30% de los ingresos hospitalarios en pacientes mayores, tanto por prescripción inadecuada como por mala monitorización de tratamientos prescritos.
El uso inadecuado de fármacos más frecuente se ha relacionado con medicamentos psicoactivos, responsables de efectos anticolinérgicos y de sedación sostenida por el empleo prolongado de sedantes e hipnóticos.
Si nota alteraciones en la memoria que pueda relacionar con un determinado tratamiento, consulte a su médico antes de tomar ninguna medida al respecto.
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