En siete días se cumple el undécimo aniversario de la desaparición de la joven Sara Morales, de 14 años en aquel momento, cuando se dirigía sobre las 17.00 horas del domingo 30 de junio de 2006 desde la casa familiar en Escaleritas hasta el Centro Comercial La Ballena, donde había quedado con un amigo. Salió de casa con una camiseta amarilla de tirantes y una falda vaquera corta, unas bambas planteadas y sus inseparables gafas. No llevaba documentación, ni dinero pero sí su teléfono móvil. Jamás llegó a la cita y su rastro se perdió de forma abrupta. El buzón de voz de su teléfono saltaba sin parar y nadie vio a la joven ni llegar al citado centro ni de camino a él.
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En ese momento empezó una de las desapariciones más impactantes de la historia de Canarias, que supuso un antes y un después en la sociedad isleña. Aún hoy en día son muchos los que se preguntan qué pasó con la joven Sara Morales.
Una desaparición que sumió a su familia en un profundo desasosiego lleno de incógnitas que aún once años después de su misteriosa desaparición siguen sin aclararse qué paso aquella tarde de verano. Una incomprensión y dolor que sigue latente once años después y que el paso del tiempo no ha hecho más que profundizarlo.
Un caso que, por extensión, provocó una oleada de solidaridad en la sociedad grancanaria, y por extensión en la del todo el archipiélago, que se sumó a las manifestaciones de apoyo, la primera celebrada justo un mes después de su desaparición con una multitudinaria participación, y con el reparto de miles de carteles con la imagen de la joven por cada rincón. Una movilización sin precedentes.
Hoy en día, los carteles ya no están en casi ningún sitio pero el recuerdo y las preguntas sobre el paradero de Sara siguen vivos en la sociedad canaria. Con cada aniversario, nuevo indicio o rastreo vuelve al primer plano el caso que aún a día de hoy sigue latente. Aquella adolescente es hoy en día una mujer de 24 años.
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Su familia sigue sumida en un dolor y una incertidumbre inabarcable, por lo que se mantiene en un segundo plano en este cercano aniversario. Mientras, intenta seguir adelante a la espera de que la investigación del caso termine dando los frutos esperados con el hallazgo de la joven desaparecida hace casi once años. Un aniversario que pasarán en la intimidad, lejos del foco mediático de otras épocas.
Atrás quedan las horas de duro trabajo de investigación que ha llevado a los agentes a rastrear cada
El contacto con los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía es constante desde el primer momento en que se denunció la desaparición de la joven hasta hoy en día.
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Cada mes de marzo una manifestación conjunta en el barrio de Guanarteme recuerda a todos y cada uno de los desaparecidos cuyo caso sigue sin resolverse con una pancarta encabezada, entre otros, con el rostro de la joven vecina del barrio de Escaleritas. Una muestra de que ni los once años que han pasado desde aquella tarde de domingo del 30 de junio de 2006 ni el tiempo que quede aún por pasar hasta que la joven aparezca harán mella en el recuerdo que aún mantiene vivo la sociedad canaria. Un recuerdo que aún duele a su familia y a quienes conocen a la joven, y que esperan que más pronto que tarde se resuelva un caso que sigue envuelto en incógnitas que esperan respuesta.
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