Pasaba media hora de la medianoche de ayer jueves cuando el olor a humo y chamusquina alertó a la madre de Sandra Bolaños, que se encontraba en ese momento sola en su casa, mientras veía una novela en uno de los cuartos de su vivienda unifamiliar en el barrio de Lomo Los Frailes, en Las Palmas de Gran Canaria. Alertada por el intenso olor que le llegaba decidió recorrer su casa para comprobar que todo estaba bien y localizar el punto de origen. Tras verificar que el olor no provenía de su vivienda decidió asomarse a la calle. Fue entonces cuando vio de dónde procedía el intenso olor a humo que la había alertado.
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«Se asomó y vio las llamaradas en la azotea de la vivienda contigua a la suya saliendo de un cuarto que tienen. El fuego estaba justo al lado de la habitación donde estaba viendo ella la tele», explica Sandra.
En ese momento, decidió empezar a gritar y dar aviso al resto de vecinos de la calle Naim para alertarles de lo que estaba ocurriendo en la última planta del número 58. «Salió corriendo a la calle y comenzó a gritar para alertar a los vecinos de la calle pidiendo ayuda. En la vivienda afectada viven cuatro jóvenes y en ese momento estaban dormidos», añade.
La vivienda está ubicada junto a una ladera llena de matorrales y diverso tipo de vegetación, en su mayoría seca por la falta de lluvia, lo que sumó el riesgo de que las llamas alcanzaran la ladera y se extendieran por la misma, de ahí la necesidad de actuar con rapidez.
Enseguida se movilizaron los vecinos de la citada calle para intentar prestar auxilio a los afectados mientras daban aviso al 1-1-2.
«Mi hermano vio las llamas desde la circunvalación cuando volvía para casa y vino rápidamente con el susto en el cuerpo», subraya.
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En pocos minutos llegaban varias dotaciones del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del cuerpo de Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria hasta la calle Madian separada por una escalera de la calle Naim donde tenía lugar el incendio.
Ante las dificultades que complicaron su tarea, un vecino de la calle no dudo en sacar una manguera desde su vivienda hasta la afectada por las llamas y comenzar a atacar el fuego. Un gesto que sin duda sirvió para frenar un poco el avance del incendio hasta que los bomberos consiguieron desplegar sus medios desde la calle Madian hasta la calle Naim, separadas por unas escaleras. Una vez solventado ese imprevisto los bomberos comenzaron con las tareas de extinción de las llamas en las que usaron 3.000 litros de agua, según confirmaron fuentes policiales.
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Durante el momento de pleno apogeo de las llamas se registraron dos explosiones en la azotea pasto de las llamas al afectar a dos cartuchos de butsir cargados de gas. Los dos estruendos, casi seguidos, sumaron confusión en los vecinos que presenciaban el suceso.
El incendio, que comenzó por una vela mal apagada, provocó la destrucción total de la techumbre del cuarto de la azotea de uralita y con apoyos de madera. Además, calcinó varios enseres y objetos acumulados en la última planta de la vivienda unifamiliar y en el cuarto afectado por el fuego.
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Los daños se extendieron a la vivienda contigua, donde reside la madre de Sandra Bolaños con su hermano, afectando al sistema eléctrico y dejando algunas grietas en la pared contigua y en la vivienda afectada por las llamas. Ayer recuperaron el fluido eléctrico.
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