Fuerteventura renuncia a Tindaya

El Cabildo está dispuesto a paralizar la obra de Chillida en la montaña majorera y, por el contrario, poner su esfuerzo en proteger los valores naturales y culturales que alberga este espacio, según indicó el consejero de Podemos, Andrés Briansó

Miércoles, 15 de julio 2020, 11:54

El Cabildo de Fuerteventura no tiene intención de seguir adelante con el monumento de Chillida en Tindaya. Por el contrario, su objetivo es reforzar la protección de la montaña y «defender los valores naturales y culturales» de este espacio majorero. Así lo aseguró ayer el consejero insular de Cultura y Patrimonio Histórico, Andrés Briansó (Podemos), que mañana tiene previsto reunirse con la coordinadora Montaña de Tindaya para dar a conocer su hoja de ruta al respecto.

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Briansó señaló que la posición de la Corporación insular es «paralizar» este proyecto aunque aún debe establecer cómo proceder en ese sentido: «o no hacemos nada y lo dejamos tal como está, sin impulsar su continuación, o se apuesta por una renuncia de una manera más activa, tomando las medidas administrativas precisas para ello».

El objetivo del Cabildo sobre la montaña se centra en estos momentos en articular un proyecto para abrir los podomorfos a las visitas «y que se pueda conocer este patrimonio de manera respetuosa», así como que la Casa Alta de Tindaya, que se impulsó como «anunciadora» del proyecto de Chillida, pueda ser utilizada para dar a conocer los valores «intrínsecos y naturales» que ofrece este espacio.

En realidad, los avances del proyecto de Chillida para Tindaya han sido muy pocos en estos casi 25 años desde que evidenció el interés de la comunidad autónoma por acoger este monumento. Después de años bloqueado, en febrero de 2016, los gobiernos de Canarias y Fuerteventura constituyeron la Fundación Canaria Monumento a la Tolerancia -entidad que debía gestionar y dar forma al proyecto-, después de que la familia del escultor hubiera cedido los derechos de la obra.

Sin embargo, esos derechos han tenido que ser renovados porque no se cumplieron los plazos establecidos por las partes en el acuerdo inicial y que pasaban, como primera medida, por la realización de un estudio de viabilidad económica, de tal manera que los trabajos pudieran estar adjudicados a lo largo de 2017.

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Dos años después, no existe ni ese estudio. A finales de diciembre pasado, la Fundación, en una sesión urgente, dio el visto bueno al presupuesto, memoria explicativa y plan de actuación para 2019, que planteaba una consulta al mercado «como mejor medio para preparar correctamente la licitación e informar a los operadores económicos activos en este tipo de obras, de los planes y requisitos que se exigirán para concurrir al procedimiento». Para este proceso se aprobó un presupuesto de 15.000 euros, «procedentes de aportaciones de terceros», ya que una de las premisas fijadas cuando se constituyó esta entidad, tanto por parte del Gobierno como del Cabildo de Fuerteventura es que no costara «ni un euro más» a las arcas públicas.

El consejero de Cultura y Patrimonio Histórico de la Corporación majorera recordó ayer que «no es ningún secreto que Podemos ha mantenido una posición de absoluta defensa de los valores naturales de Tindaya, muy alejada del proyecto de Eduardo Chillida». Asimismo, hizo hincapié en que hace más de dos años, la formación morada pidió al Gobierno de Canarias que iniciara los trámites para que la montaña majorera fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, al entender que representa uno de los valores naturales y patrimoniales más importantes del Archipiélago.

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En este nuevo mandato, en el Cabildo majorero gobiernan PSOE, NC y Podemos. Esta última organización incluyó como uno de los acuerdos de ese pacto -refrendado por las bases- «blindar Tindaya». El objetivo, insiste Briansó, es «proteger los valores naturales y culturales que contiene».

Seis legislaturas sin mover una piedra

El proyecto de Eduardo Chillida lleva sobre la mesa de las instituciones canarias desde 1996. Seis legislaturas y casi un cuarto de siglo en el que no se ha movido una piedra para dar forma al Monumento a la Tolerancia, pero que lleva un largo recorrido de superación de trabas administrativas, recursos judiciales, protestas de colectivos ecologistas y ciudadanos y cifras que nunca coinciden sobre su coste económico.

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En este sentido, los últimos datos se ofrecieron durante la legislatura pasada y tampoco son los mismos que los aportados por el Gobierno regional con anterioridad. Así, el ex vicepresidente y exconsejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, aseguró que el Ejecutivo había desembolsado ya 17,5 millones, mientras que a principios de legislatura, la extitular de Turismo, Teresa Lorenzo, cifró lo gastado en 17 millones. Una década antes, el también exconsejero de Obras Públicas, Domingo Berriel, afirmó que Canarias ya había invertido en Tindaya 26 millones.

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