Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 16 de julio 2020, 11:15
Lo hizo por un lado con nada menos que el secretario general nacional, Teodoro García Egea, y el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, junto a cuatro personas más de Génova, desplazados hasta Gran Canaria para sellar un pacto con Coalición, Ciudadanos y ASG que finalmente no se materializó; por otro, con los presidentes insulares movilizándose para cerrar filas en torno a Asier Antona y rechazar la oferta que in extremis les hizo llegar CC y que consideraron «humillante» y, en paralelo, con agentes externos, como el exministro José Manuel Soria, presionando para que el PP aceptase como fuera un acuerdo con CC. En esas presiones, confirmadas a este periódico por miembros de la dirección del PP, también participaron algunos empresarios.
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El jueves arrancó con los populares esperando que CC concretase lo que ya el miércoles les habían dicho de manera oficiosa: que Fernando Clavijo daba un paso al lado y aceptaba no ser presidente ni vicepresidente ni consejero raso. Con eso se garantizaban el apoyo de Ciudadanos y se daba por hecho que el PP daría por buena la alianza, de manera que Casimiro Curbelo se sumaría.
Con esa hoja de ruta por delante, y a sabiendas de que José Miguel Barragán, secretario general de CC, había convocado una reunión urgente de la dirección nacional de Coalición, el PP se quedó aguardando la propuesta definitiva de pacto. Para valorarla y escenificar el pacto se desplazaron desde Madrid García Egea y Maroto. Lo que trastocó los planes fue que CC apareciese con la exigencia de que Asier Antona también se sacrificase y que en su lugar fuese Australia Navarro la presidenta, con Pablo Rodríguez (CC) de vicepresidente y la Presidencia del Parlamento para CC, con Rosa Dávila como candidata.
En ese momento, el PP nacional se encontró con el partido en las islas cerrando filas en torno a Antona y dando un portazo a CC. A partir de ahí, ese pacto se frustró.
José Manuel Soria dejó la presidencia del PP canario cuando tuvo que abandonar el Gobierno de Mariano Rajoy por el escándalo de sus negocios familiares en paraísos fiscales. Anunció entonces que iniciaba una etapa en la que iba a ser un simple militante. Los hechos de estas últimas semanas han demostrado lo contrario. Ya durante el proceso de elección del sucesor de Mariano Rajoy al frente del PP se dejó ver como apoyo de Pablo Casado y no ocultó que haría lo posible y lo imposible para que Soraya Sáenz de Santamaría no fuese la ganadora. Entonces aprovechó para echar en cara a la dirección del PP canario su apuesta por Sáenz de Santamaría. En estos días insistió ante Génova y dentro del PP canario en que su partido debía pactar a cualquier precio con CC. Desde el PP se interpreta esa intromisión como consecuencia de sus gestiones empresariales, tanto en consejerías autonómicas como ante las presidencias de los dos puertos provinciales.
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