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El puzzle canario en mayo de 2019 será endemoniado, tanto como el mundo de intereses que rodean la fragmentación política. Si las previsiones se cumplen y las encuestas aciertan, los pequeños partidos políticos que se han constituidos en torno a líderes muy locales y viejos perros de la política, serán los protagonistas de los pactos que surjan tras las elecciones autonómicas.

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De las pocas verdades de esta legislatura que acaba, una es que el modelo Casimiro Curbelo funciona a la perfección. Quizás por eso algunos decepcionados del PSOE siguen sus pasos en Lanzarote, los herreños de AHI se lo piensan, los palmeros de API también y otros, los que se incorporan nuevos, como José Miguel Bravo de Laguna y Onalia Bueno, sopesan mucho el tipo de vínculos electorales que establecerán con Coalición Canaria.

Los bloques antagónicos están muy definidos. Si los números dan vamos a un pacto de derechas o a uno de progreso. PP y CC lo tienen meridianamente claro y pactado, no sólo entre ellos sino con empresarios y otros agentes íntimamente ligados a la operación, Génova y José Manuel Soria, entre otros. La izquierda nunca lo ha tenido tan claro. Si cuadran los resultados echarán del poder a CC y volveremos al pacto de progreso con PSOE en la presidencia, NC y Podemos. El problema de estos dos bloques son los pequeños partidos bisagras, que aunque estén comprometidos nada impide que en el galimatías pos electoral cambien de posición al sol que más calienta.

Para algo se ha dedicado CC a estrechar lazos y dar dinero a espuertas a alcaldes independientes, pequeños caciques y a otros veteranos de la política dispuestos a sumar a cambio de una porción del poder. La estrategia de CC es arañar votos con partidos de poca monta que conformen un conglomerado lo suficientemente potente para alcanzar la mayoría en el Parlamento de Canarias y en algunas instituciones importantes. Pero visto el éxito del modelo Casimiro, como muy bien se pregunta un buen amigo, ¿Qué harán los herreños? ¿irán en solitario? Y en segundo lugar, ¿preferirán romper definitivamente y pactar desde fuera a caballo ganador? ¿Si a Casimiro le ha ido mejor con CC desde fuera, para qué mantenerse en la disciplina de un partido en el que el reparto toca a menos y con el que tienen serias discrepancias? ¿Para qué tanto lastre orgánico? En la misma tesitura están los de API, en La Palma, cuyo descontento con los repartos del Gobierno amenaza seguir los pasos de Casimiro.

Y a todas estas. ¿Qué hará Casimiro Curbelo? Una cosa tiene clara: irá solo, con sus votos gomeros bien cultivados bajo el brazo. Por su talante progresista (?) ha tenido muchas ofertas para ir con otros, con Nueva Canarias o regresar al seno del PSOE. Pero el mencey de La Gomera sabe que la fragmentación y la debilidad de los otros son sus mejores aliados. Sabe que más vale ser cabeza de ratón que cola de león. Un día fue de izquierdas, muy de izquierdas, hasta que descubrió que lo de cacique funciona mejor, para él mismo, para sus intereses en el PSOE y para La Gomera, su fiel feudo. ¿Dónde está ideológicamente Casimiro? Dicen que los progres siempre terminan en la derecha, pero en este caso no se trata de ideología, sino de números, de cuentas, y gana el más listo, gana él, tanto aliándose con la derecha, como con la izquierda, a la que sigue teniendo especial aprecio en su memoria remota.

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Además del modelo Casimiro, que se impone por su éxito estrepitoso en la estructura de la política canaria, existe otro factor a tener en cuenta. Todas las encuestas apuntan a la entrada de Ciudadanos, un partido que se conoce por su indefinición a la hora de pactar, por su necesidad de estar en el centro, y de tontear a un lado y a otro para que nadie le puede echar en cara nada; para cuando es cuestiona su pacto con el PP y con Vox pueda responder que también pacta con el PSOE.

¿Qué hará en Canarias? En principio los poderes que sostienen a Ciudadanos en Canarias quieren ya resultados, gestión, y optan por el pacto de derechas, esto es, apoyar a CC, un sapo difícil de digerir para los encumbrados a alicatados líderes del partido naranja después de enarbolar la renovación para echar al PSOE de Andalucía. Del asunto, sobre lo que harán, sólo hablan muy en privado entre ellos y algunos de sus patrocinadores. El otro factor a tener en cuenta es la posible irrupción de Vox, partido del que ya se han apropiado intereses bisagra en Canarias y que sólo esperan a poner el saco para recoger los votos del descontento y sacudir el árbol para que caigan las nueces.

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El resultado electoral, a pesar de la reforma, que en poco incidirá en la estructura política que ahora tenemos, será muy ajustado entre los dos bloques prepactados, y serán los bisagras, los que, en función de sus intereses y el precio, determinen el futuro de los pactos.

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