Niz y Mamé, héroes en el Nou Camp

Pasa el tiempo, permanecen los héroes. La historia de los partidos entre Barcelona y UD Las Palmas en la Ciudad Condal sigue reservando sitio exclusivo en los altares a Dionisio Nuez, Niz, y José Manuel León, autores de los dos goles que permitieron al equipo grancanario firmar los que son, hasta hoy, sus únicos triunfos en el santuario azulgrana. Fue en 1969 y 1971, ya ha llovido, pero la memoria de uno y otro alcanza para revivir con emociones y nostalgia momentos únicos. Hacía tiempo que uno y otro no coincidían, pero el regreso de la UD al Nou Camp les convierte en testimonios de obligada consulta y, por iniciativa de CANARIAS7, accedieron con gusto a compartir sus evocaciones. Primero, el abrazo afectuoso de rigor. Tenían ganas de verse. Luego, rienda suelta a los recuerdos.

«Ganar al Barcelona entonces era normal para nosotros. Aunque hacerlo en su campo, desde luego que tenía un significado especial. En mi caso, hice goles allí hasta de córner directo. Competíamos fenomenal. ¿Qué pasará mañana? Que Las Palmas juegue su partido. Si el Sporting le empató al Madrid no veo que nosotros no podamos sacar algo de allí», asegura Mamé. «No es imposible», tercia Niz.

En orden cronológico, a Niz le corresponde el turno para referirse a los únicos precedentes con final feliz en la casa del Barça: «El gol de Germán y el mío fueron muy similares. Guedes los originó con sus pases. Marqué casi al final, pero si tengo que ser sincero, además de la alegría que produjo aquella victoria, destaco el miedo que me tocó pasar en los últimos minutos. Oregui tuvo un golpe que le dejó inconsciente. Molowny mandó calentar a Romero, que era el portero suplente. Él se negó y Molowny me señaló y me dijo que me preparara por si acaso. Menos mal que Oregui terminó recuperándose...».

León ríe ante la anécdota y se reserva la suya para la descripción que hace del 1-2 en el que él emergió como figura trascendental. «Podría decir que marqué con un gran gol de cabeza, pues me tiré en plancha. Pero soy sincero y no tengo problemas en reconocer que impacté el balón con el hombro al tirarme para adelante. Entró, que era lo importante, y nos apuntamos otro triunfo allí, el segundo en la vida de la UD, con la trascendencia que eso conllevaba. Barça, Madrid, Atlético... Todos nos respetaban una barbaridad...».