Vanesa Delgado
Jueves, 16 de julio 2020, 10:06
Las quiches no tienen ningún secreto, menos aún si la masa la compras fresca en el supermercado pero si que es verdad que nos dan la oportunidad de ser creativos, su relleno puede ser tan ilimitado como la imaginación del que los cocine, tan agradecidos como para poner en valor las sobras de otros días o como cajón desastre de todo aquello que tenemos en la despensa o en la nevera y no sabemos que hacer con ello.
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Para empezar, comenzaremos encendiendo el horno para que se vaya calentando a temperatura 200º calor arriba y abajo.
Seguidamente verteremos los 150 ml. de nata para cocinar en un caldero como los que usamos para calentar la leche. Meteremos en la nata un par de hojitas del ramillete de la albahaca fresca, a modo de infusión, para que la nata tome sabor. El resto de la albahaca la reservaremos.
Mantendremos la nata a fuego muy bajo ( potencia 2) infusionándola con la albahaca y aprovecharemos para incorporale un toque de pimienta negra recién molida. Mientras tanto iremos lavando los tomates y cortándolos en cuadros pequeños. Reservamos.
Ahora pelaremos y picaremos los dientes de ajo en pedazos muy pequeños y los saltearemos en aceite de oliva. No hay que poner exceso de aceite lo justo para saltear los dientes de ajo.
Una vez los ajos tomen cierto color, sin que lleguen a quemarse, añadiremos los tomates cortados y los saltearemos también. Solo lo mantedremos al fuego unos tres minutos, con se tiempo será más que suficiente. Rectificaremos de sal.
Mientras se saltean los tomates con los ajos, picaremos el resto de hojas de albahaca y las añadiremos a los tomates. Mezclaremos bien y retiraremos del fuego
Un vez retirado de la fuente de calor, incorporaremos la nata y mezclaremos todo muy bien. Reservamos.
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Seguidamente colocaremos la masa brisa con un papel vegetal para horno incluido (suele venir en el paquete) en una fuente redonda para el horno y pincharemos la masa muy ligeramente con un tenedor para evitar que se infle en el horno. Por último, colocaremos todo el relleno repartiéndolo uniformemente por encima de la masa y cubriremos con el queso rallado toda la superficie. Introduciremos en el horno unos 12 minutos o hasta que apreciemos que los bordes toman cierto color dorado y que el queso está completamente fundido.
Las quiches son ideales tomar en caliente pero también están muy sabrosas a temperatura ambiente. Suelen ser el acompañamiento ideal de un sinfín de platos principales, aunque también como segundo plato y una crema de primero, tendremos un completo menú para el almuerzo.
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Una base de masa brisa.
Seis tomates maduros.
Dos dientes de ajo.
Aceite de oliva.
150 grs. queso rallado (tipo mozarella, gouda, edam o feta). Puede usarse más de un tipo de queso.
Un ramillete de albahaca fresca.
150 ml. de nata para cocinar.
Sal y pimienta negra.
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