
«Fundamentalmente parte de la estructura no estaba dispuesta a cambiar. Y no se priorizaba al club o el colectivo por encima de los individuos», asevera el técnico vasco, que señala también a los jugadores. «Se habían perdido hábitos. Al principio notaba cierta convicción para producir esos cambios pero en ese periodo no nos acompañaron los resultados. No se pudo con la presión», dijo, a pesar de que ve a parte del vestuario dispuesto a revertir la situación. «No me encontré a un equipo hundido, sino con necesidad de que se les instaurase una serie de hábitos. Había jugadores que se adaptaron a las nuevas exigencias, y otros que fue al contrario. Lo más complicado era la gestión emocional y soportar la frustración. Ante el mínimo contratiempo, no se levantaban.
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Lo más complicado era la gestión emocional y soportar la frustración», manifestó Ayestarán.
El técnico guipuzcoano desea suerte a Paco Jémez y aplaude su convicción por hacer cambios en la plantilla. «Me di cuenta de que había que tomar decisiones hasta traumáticas, por lo menos difíciles. Jémez ya ha comentado que el entrenador que llegue tiene que hacer 3 o 4 cambios y salidas de la plantilla. No va por mal camino. Espero que le allanen el camino para que pueda hacerlo. El máximo culpable no fui yo, ni lo era Manolo Márquez», aseveró.
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