Era uno de los grandes objetivos que se había marcado el club para este mercado estival. Lograr que Jesé se quedase una temporada más y sacarle todo el rendimiento que el atacante no pudo exhibir en los seis meses de estancia en la Isla. Se antojaba una operación altamente complicada, pero en la UD había esperanzas en lograrlo. «Es muy complejo, pero no tanto como cuando vino en invierno. Ahora tenemos una relación con el PSG que facilitará las cosas», explicaba Miguel Ángel Ramírez, presidente del club, reconociendo las intenciones de quedarse con el jugador una campaña más.
Publicidad
Pero el futbolista grancanario no lo tiene tan claro. Jesé ha desvelado a su círculo íntimo su deseo de jugar la Liga de Campeones el próximo curso y destrabar una progresión que parece estancada. El sueño de volver al club de su tierra se tornó en pesadilla en una segunda vuelta en la que ni él ni sus compañeros rindieron al nivel que se les presuponía. La decepción en el ex del Madrid fue enorme y las expectativas que había puesto la afición amarilla a su llegada, terminaron por pasarle factura. Ahora, aunque no descarta seguir en casa, sus prioridades son otras. Así se lo ha hecho saber a alguno de sus compañeros de la Unión Deportiva, de quienes incluso ya se ha despedido.
Se trata de un frenazo a unas negociaciones que parecían discurrir por el buen camino, pero sin el deseo del jugador, la realidad es que las posibilidades se reducen considerablemente. Además, hay equipos como el Fenerbahçe dispuestos a pagar por su traspaso y proporcionarle un salario al que Las Palmas no podría ni acercarse. Demasiados inconvenientes para una operación ya de por sí compleja. En estos casos, la querencia del jugador es lo que suele decantar la balanza y provocar milagros como fue su llegada en enero. Pero sin eso, no hay cabida para la esperanza y el futuro de Jesé se aleja de la UD.
Este contenido es exclusivo para suscriptores
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad