Seguro que si le dicen que su coche va a moverse como un caballito de mar se lo pensaría dos veces antes de adquirirlo. A esa velocidad, unos 0,8 kilómetros por hora, transcurrió la vida este martes de miles de conductores que se vieron afectados por un atasco de tráfico monumental que asfixió toda la zona desde Torre Las Palmas a El Sebadal.
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Un accidente a la altura del Materno y una avería en Alcaravaneras fueron suficientes para paralizar la novena ciudad de España. La alta intensidad de tráfico que soporta la autovía GC-1, la falta de alternativas y el hecho de que la presencia policial y de agentes de movilidad fuera escasa, debido a que los hechos coincidieran con el cambio de turno de la Policía Local contribuyeron a magnificar un atasco que es ya el tercero que sufre la capital grancanaria en una semana (el cuarto, en realidad, si contamos el barullo que conlleva cada partido de la Unión Deportiva en la zona de Siete Palmas).
El atasco fue de tal dimensión que la grúa tardó unas dos horas en llegar hasta el vehículo averiado. «No fue un problema de gestión, la policía hizo todo el esfuerzo posible, pero la grúa no pudo llegar», dijo la responsable de Seguridad, Eulalia Guerra.
En toda la GC-1 solo había cuatro agentes de Tráfico.
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