
El que durante tantos años fuera el hogar de Josefa Hernández, así como el de los nietos de los que tuvo que hacerse cargo, se derribaba este martes bajo la piqueta de la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (APMUN). Finalmente ha tenido que ejecutarse el mandamiento judicial que ordenaba el derribo debido a unas obras de ampliación del inmueble ejecutadas sobre un espacio natural protegido. Desde primera hora de la mañana, la maquinaria se encontraba en la finca de Campoviejo (Betancuria) a la espera de la orden para proceder a la demolición.
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