Catalina García y Catalina García / Puerto del Rosario
Jueves, 16 de julio 2020, 12:32
Se están muriendo los patos», se dijo el ornitólogo Eduardo Castilla cuando se asomó el pasado domingo a la presa de los Molinos, en Tefía, y vio muertos a 22 tarros canelos, 30 fochas, tres cigüeñuelas y dos ánades domésticas. Este numeroso fallecimiento podría relacionares con el hallazgo hace tres meses, en las charcas del campo de golf de El Castillo, de diez tarros canelos y dos ánades reales sin vida, según el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.
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Castilla también suma otras aves acuáticas afectadas: siete tarros canelos que apenas podían volar y unos 22 que lo hacían muy bajo; y unas 25 fochas también con problemas para alzar el vuelo. A lo que añade lagartijas, perinquenes y erizos sin vida en la orilla del agua, apunta que casi seguro por haber ingerido restos de los gansos y patos fallecidos. Este ornitólogo estima que la colonia de aves de Los Molinos, uno de los humedales más importantes de Fuerteventura y lugar de recalada de especies migratorias, ronda entre los 150 y los 200 ejemplares.
Un agente del Seprona acudió el domingo a la presa tras la llamada de Eduardo Castilla, para luego avisar a los agentes de Medio Ambiente del Cabildo, que son los encargados de recoger muestras que luego enviarán a analizar y así determinar las causas del fallecimiento.
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